En su informe anual ante la Asamblea, el Presidente reiteró que “hay que acabar con la pobreza”, la receta que propuso no es correcta, “que paguen más impuestos, gobernar los mercados (…)”. No existen fórmulas de carácter ideológico de izquierda o de derecha para tal objetivo, sino un accionar compatible con la realidad.
Generar empleo, crear fuentes de trabajo, incentivar la producción agrícola e industrial, estimular la inversión con seguridad jurídica. Educar para el trabajo a fin de que la persona desarrolle sus iniciativas y pueda ganar para sí mismo, en libertad.
Muy lejos está “acabar con la pobreza” acudiendo al Estado para que le mantenga mediante dádivas o subsidios que pueden terminar al disminuir los ingresos fiscales, tampoco es justo ni ético quitar al que algo tiene por su trabajo, para dar a otro, a pretexto de equidad con intervencionismo autoritario.