La marcha del entrenador Josep Guardiola del Barcelona conmocionó al mundo del fútbol. El estratega es ‘culpable’ de que el fútbol moderno no se haya reducido a un simple enfrentamiento entre atletas de 1,90 que se imponen por el físico y no por el talento. Gracias a Guardiola, el fútbol fue jugado por artistas y no solo por robots programadosal vaivén del resultadismo. Por supuesto que este lirismo fue apoyado por una realidad concreta y ganadora: 13 títulos, invencibles planteamientos tácticos y el método de trabajo interno. Gracias a Guardiola, jugar bien y ganar no es un nostálgico verso.
Se dirá que ‘Pep’ tuvo la suerte de tener a los mejores en una única coincidencia y que con eso cualquiera es campeón. Puede ser. Pero también es verdad que el estratega dio prioridad a la creatividad y a la alegría de jugar que a la pizarra, la disciplina táctica y el gimnasio. Con un entrenador que estaba más cerca de Picasso que de Bismarck fue posible que se derrotara al ‘pressing’ del rival con toques y no con patadas, dando libertad al talentoso en lugar de sujetarlo a la disposición táctica. ¿Quién sacó el mejor partido de Messi: Guardiola o los anodinos entrenadores de la selección argentina?
Guardiola deja un enorme legado al fútbol, pero también hereda unas palabras que pueden servir para la vida diaria. Aquí están las que condensan el pensamiento extra futbolístico de alguien que salvó al fútbol y que vivió dignamente en su ley:
1. Perdonaré que no acierten, no que no se esfuercen.
2. Lo que te hace crecer es el error, la derrota.
3. No hay nada más peligroso que no arriesgarse.
4. No hice caso a la gente que me dijo que estuviera solo dos años en Barcelona.
5. Hemos durado mucho porque hemos ganado mucho.
6. Lo único que me imputo es que amo mi oficio.
7. Si nos levantamos pronto, pero muy pronto y sin reproches y nos ponemos a trabajar, seremos un país imparable.
8. El tiempo lo desgasta todo.
9. Basta ya de elogios.
10. En la vida hay más cosas que el fútbol.