Hace días, el Presidente ofreció una entrevista en uno de los canales, en poder del Gobierno. En una pequeña fracción de la misma se expresó la posibilidad ofrecida del pedido de “perdón al pueblo ecuatoriano” de quienes lo habrían ofendido con el editorial ‘No a las mentiras’ publicado en Diario El Universo, que ocasionó a su vez una demanda ya sentenciada en contra de los propietarios y el editorialista. Decía que lo publicado era un acto incontrovertible y consumado. Para él, más que cualquier obra pública, que el avance social del Gobierno su aspiración era que en el país se practique la verdad y esta prevalezca en todos los actos de los ecuatorianos.
Pero si el editorial se publicó, provocó aflicción y se sintió injuriado por las insinuaciones que contenía, tampoco es incontrovertible el hecho que también fue consumado y que él lo provocó.
El Presidente ecuatoriano, al ordenar una operación militar que lo rescate de una supuesta retención forzosa, propició todo aquello que el editorial mencionaba. En efecto, el Presidente fue el responsable de asedio, muerte y terror.