El club argentino Tigre, que denunció agresiones y violencia para no jugar el segundo tiempo de la final de la Sudamericana, cuando perdía 2-0, pidió sanciones contra el brasileño Sao Paulo, que se quedó con la Copa Sudamericana
“Lo que sucedió la noche del miércoles en San Pablo habilita a una sanción al club brasileño”, advirtió Sergio Massa, alcalde de la localidad de Tigre (periferia norte) y hombre fuerte del club.
De su lado, el presidente de Tigre, Rodrigo Molinos, dijo que el club presentará un oficio ante la Conmebol por las condiciones de seguridad para disputar el segundo tiempo, tras los incidentes suscitados en el vestuario durante el entretiempo y cuando el equipo argentino perdía 2-0.
“Los jugadores se sentían inseguros, consternados”, expresó Molinos y precisó que Jorge Borelli, ayudante de campo del DT Néstor Gorosito, y los futbolistas agredidos ya presentaron la denuncia.
Pese a las quejas, la FIFA, que en el pasado cuestionó los atrasos en la organización, renovó su voto de confianza en Brasil.
Tenemos plena confianza para la Copa del Mundo, ya que la organización y la seguridad serán completamente diferentes ” de lo ocurrido en el estadio Morumbí, dijo a la agencia AFP un portavoz de la FIFA, que evitó comentar los incidentes del miércoles.
Las denuncias del Tigre dentro del camerino no fueron captadas por la prensa local, y solo las caras golpeadas de algunos jugadores y un rastro de sangre en una pared constituyen las evidencias del supuesto altercado ocurrido en el estadio de Morumbí.