El Casigana es el cerro emblemático de Ambato. Esta elevación está situada al sur de la ciudad y se lo observa desde las zonas altas. Para muchos, podría convertirse en el ‘pulmón’ más importante de la capital tungurahuense. Su reforestación inició hace más de 12 años. La Municipalidad emprendió esta tarea en tres etapas, a un costo que supera los USD 90 000.
Hernán Sandoval, jefe de Parques y Jardines del Cabildo, explicó que el proyecto contempló la siembra de árboles en las 180 hectáreas que lo conforman.
Hasta ahora, en tres etapas, se sembraron cerca de 25 000 árboles. En la primera, se cultivaron 8 500, en 40 hectáreas. En la segunda, 8 000, en ocho ha. En la tercera, 8 500 en el resto del terreno. Entre las especies cultivadas están acacias, molles, cholanes y fresnos, señaló Sandoval.
Se escogieron estas especies porque son las que se adaptan mejor al suelo seco del lugar.
Desde ya, el Casigana es visitado por ciclistas y paseantes que buscan alejarse del bullicio urbano. Lo hacen a través de una vía empedrada de tres kilómetros que inicia en la antigua carretera a Santa Rosa. Esta es considerada una vía ecológica.
Como el cerro carece de agua de riego, se construyó un reservorio automatizado de 300 metros cúbicos de capacidad en la parte media de la loma.
El proyecto para reforestar al Casigana surgió en 1984, año en que fue declarado bosque protector. Esta disposición consta en un acuerdo ministerial suscrito por el Ministro de Agricultura y Ganadería de esa época.
Inmediatamente, el Concejo Municipal de Ambato decidió expropiarlo y comenzó a negociar con los propietarios.
Al mismo tiempo, mediante una ordenanza, se prohibió la construcción de viviendas allí. El bosque empieza en los 2 750 metros sobre el nivel del mar y concluye en los 2 940.
Para el alcalde Fernando Callejas, el denominado Parque Forestal Ambato del cerro Casigana es un proyecto de gran importancia ambiental para los 329 856 habitantes de la ciudad.
El Municipio de Ambato pretende convertirlo en un parque ecológico. Comenzó construyendo una plazoleta, un mirador y un parqueadero desde la parte en que empieza el bosque.
Para Jorge Bonilla, ingeniero ambiental, con la reforestación del Casigana también mejora el aspecto paisajístico de la urbe. “El color verde genera en los habitantes tranquilidad y relajamiento”.
Cree que el bosque también contribuye a la oxigenación de Ambato pues las plantas absorben CO2 (dióxido de carbono) y devuelven oxígeno. “Además, las zonas verdes atraen a las aves y otras especies”, agregó.
Para el concejal Gerardo Nicola, es necesario que expertos evalúen la fauna y microfauna que existe en el cerro para aplicar las acciones adecuadas.
“Además, se debería sembrar al menos 500 000 plantas más. Regar las plantas con las aguas servidas de la parroquia Santa Rosa, ubicada al oeste del cerro, también podría ser una buena opción. Obviamente, estas deberán ser previamente tratadas”.
Para Felipe Bonilla, presidente de la Federación de Barrios de Ambato, la reforestación del Casigana está retrasada. Cree que Ambato carece de espacios verdes.
“Si se observa la ciudad desde los miradores y las zonas altas, se puede constatar esta problemática. Las quintas de Juan León Mera, La Liria, El Rosario y el Instituto Luis A. Martínez son las pocas que existen en la ciudad”.
Según Bonilla, el Ministerio del Ambiente también tiene responsabilidad porque no hay control de la tala árboles en Tungurahua. “La Alcaldía aún está en deuda con Ambato en el tema del cerro Casigana”, piensa.
Obras adicionales
Se construyeron una plazoleta, un parqueadero, un mirador y cuatro casetas de guardianía de 12 metros cuadrados junto a la zona reforestada. Estos cuentan con una red eléctrica.
Está prohibido utilizar al parque forestal como pista de entrenamiento para los ciclistas. No todos conocen esta norma.
Sobrepastoreo, caminatas no controladas y destrucción de la vegetación existente son problemas que afectan al Casigana.