El 5 de septiembre del presente año abordé la unidad número 22 de la Cooperativa Baños, que salió desde Coca a las 13:00 con destino a la ciudad de Quito. Aproximadamente una hora antes de llegar a Baeza, solicité al señor que controla a los pasajeros que hiciera detener el vehículo en una estación de servicio próxima, con el fin de hacer uso de los servicios higiénicos.
Habiendo observado que pasamos por dos estaciones y el vehículo no se detuvo, me dirigí hacia la cabina para recordarles sobre mi pedido. Cuál sería mi sorpresa al recibir toda clase de insultos por parte del señor controlador, quien se derramó en groserías, solicitándome incluso que me bajara del bus.
Nunca imaginé que esta sería la causa de tan grave irrespeto hacia mi persona; pues, si de detener el bus se trataba, durante el trayecto lo hizo en varias ocasiones para tomar pasajeros, llevándolos incluso de pie en el pasillo. Cabe indicar, además, que no hubo control sobre pasajeros que bebían licor y fumaban.