Palabra alemana que en español significa coordinación y se refiere al nombre de la campaña que el gobierno de Adolfo Hitler llevó a cabo en 1933 para unificar, en un solo pensamiento y actitud, a los ciudadanos, ministerios, universidades, prensa y demás instituciones sociales y culturales alemanas. La “Coordinación” ocurrió a una velocidad increíble, pues los alemanes rápidamente se alinearon con esta política nazi en un fenómeno que se llegó a conocer como Selbstgleichschaltung, o autocoordinación. Al centro de la “Coordinación” estuvo la “Cláusula Aria”, que prohibía a los judíos ocupar puestos públicos o practicar medicina, leyes o conservar sus negocios. Los campos de concentración fueron pieza clave de esa política, así como el obligado saludo “Heil Hitler” con la mano derecha extendida. Obviamente, la Sturmabteilung o SA, el Ejército paramilitar de Hitler, jóvenes con camisas cafés, y la SS o Gestapo, oficiales elegantemente ataviados con uniformes negros, fueron grandes motivadores para que la sociedad alemana terminara, por miedo o por convicción, alineándose rápidamente con las políticas nazis y otorgándole a Hitler descomunal poder sin saber el daño que eso causaría, no sólo a Alemania, sino al mundo. Todo esto bajo las narices de las grandes potencias de la época.