Se está haciendo común a nivel mundial aplicar como herramienta de trabajo para persuadir a los rivales el denominado “temor político”, con amenazas y hechos que en realidad son el reflejo de la personalidad de cada gobernante, donde existiría una desidia con lo que digan o hagan sus contrarios, ya que su fuerte convicción de ideas y carácter lo hacen que sea implacable ante los demás e inclusive llevándolos frente a la justicia en caso de ser necesario a su forma de pensar o actuar, con amenazas de guerra o simplemente imponer sus leyes frente a los demás aun a sabiendas de que el poder político es solo fugaz.
Pretexto de una ideología aparentemente popular que en muchos casos se encuentra abocada por acciones dudosas de convencer a propios y extraños. Será que el oportunismo político podrá prevalecer frente al razonamiento lógico de los seres humanos, a caso no podremos pensar y hablar por el temor a perder lo todo.