Los maestros ecuatorianos honradamente preocupados por el trato discriminatorio con el cual nos trata el Sr. Presidente, creemos que nuestros derechos deben ser reclamados y si es que existe todavía algo de democracia, debemos ser escuchados.
Este Régimen nos ha confinado y ha convertido nuestros colegios en cárceles, a donde debemos comparecer desde las 10:30, hasta las 19:00, cumpliendo 8 horas y media de extenuante trabajo.
Estamos sometidos a los experimentos pedagógicos y didácticos de los genios de la educación, que quitan y corrigen planificaciones a la orden del día, imberbes y despeinados todos ellos que pululan en los ministerios, como cuota de poder de A.P.
La inteligencia en grado superlativo del Sr. Presidente, no alcanza a comprender que no todos los maestros somos del MPD, que jamás en 37 años de magisterio hemos tirado piedras, que nos indigna que a todo el mundo trate de mediocres, limitaditos, corruptos, etc. Ni que hablar del Ministerio del ramo; solamente se dedica a exaltar a las escuelas del milenio y algunas otras maravillas de esta revolución y a la gran masa de gente que hacemos la verdadera educación, se nos ignora.
Desde el año 2009, no se nos toma en cuenta para las alzas salariales, con la justificación de la homologación salarial, que al menos para los maestros de trayectoria, no fue más que un vil engaño.
Sr. Presidente, por favor, deje de tratarnos con “Infinito odio”.