Contrarreloj trabajan las entidades financieras para vender sus negocios conexos (casas de valores, administradoras de fondos, aseguradoras y otros), conforme lo estipuló la Ley de Control de Poder del Mercado, que fue promulgada en el Registro Oficial el 24 de octubre del año pasado.
Según estableció la norma legal, los bancos deberán vender las compañías que no realizan actividades financieras propiamente dichas hasta el 12 de julio. Con ello, estas instituciones tienen menos de seis meses para cumplir con dicha regulación.
Sin embargo, el proceso todavía está en marcha y, a excepción del Banco de Guayaquil, ninguno de los bancos ha concretado una venta hasta el momento, tres meses después de expedida la Ley.
Conforme la información actualizada de la Superintendencia de Compañías, las entidades financieras del país se mantienen como accionistas mayoritarios, y en muchos casos únicos, de cada uno de estos negocios.
La razón, según un alto ejecutivo de uno de los mayores bancos, que pidió la reserva de su nombre, es que “se deben barajar las mejores opciones de venta para que esto no constituya una pérdida patrimonial para el banco. Tampoco se puede vender estos negocios a precio de huevo. Y aún tenemos tiempo para hacerlo”. Añadió que ya existen algunas ofertas de compañías internacionales líderes en cada uno de los mercados donde se desarrollan estos negocios.
La patada inicial la dio Banco de Guayaquil, el pasado 28 de diciembre, al vender Río Guayas Compañía de Seguros y Reaseguros, a la empresa multinacional ACE, uno de los grupos de seguros más grandes del mundo, por un monto de USD 55 millones.
Además, según informaron fuentes cercanas a la entidad bancaria nacional, otros negocios también ya se están desintegrando y sus empleados han pasado a formar parte del banco.
Por su parte, las demás entidades bancarias mantienen sus procesos en reserva, aunque aseguran que se ajustarán a los parámetros establecidos en las leyes.
Este aparente compás de espera, no obstante, tendría que ver con la posibilidad de que el Gobierno haga una reforma a la Ley. De hecho, esa era una propuesta de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, de que negocios como las aseguradoras no sean considerados en del paquete.
La pregunta también se la hace el analista económico Walter Spurrier: “¿Pueden los grupos financieros no vender, esperanzados en que haya una ley que reforme la norma? Leyes al apuro”.
En general, explica, los compradores no serían otras aseguradoras nacionales, sino extranjeras. “Con el crecimiento del sector en Colombia y Perú, con sus buenas perspectivas gracias a la política de abrir mercados que impulsan sus gobiernos respectivos, sería natural que lleguen al Ecuador”.
Finalmente, algo que ha sido de difícil interpretación es si el Banco del Pacífico también debería vender sus negocios. Unos dicen que sí, porque actúa como banco privado, mientras otros afirman que no, porque es del Estado.
Algunas cifras
Los bancos privados ecuatorianos registraron utilidades por 393 millones de dólares en el 2011, equivalentes a un alza de 50,6 por ciento frente a los 260,9 millones reportados en el año previo.
El negocio de las aseguradoras, por primas netas recibidas, ha crecido a razón promedio de entre un 15 y 20 % anualmente y ya supera fácilmente los USD 1 000 millones.
El patrimonio de los bancos privados del Ecuador ascendió a diciembre del año pasado a USD 2 482,8 millones. En el 2010, ese patrimonio había sumado USD
2 084,1 millones, es decir, un 19% de incremento. Los representantes de la banca han informado que el nivel patrimonial está óptimo.