El fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien alega ser perseguido por “publicar la verdad”, ha pedido asilo en un país, Ecuador, donde organizaciones internacionales de derechos humanos dicen que la libertad de expresión está amenazada.
“Es una ironía que el símbolo de la libertad informativa y de las filtraciones a los periódicos se refugie en la embajada del Ecuador, el país de América Latina que más está combatiendo a la libertad de expresión”, dijo a Efe Gonzalo Ortiz, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE).
El presidente del país andino, Rafael Correa, rechaza las acusaciones y afirma que su meta es frenar los abusos de una prensa que en su opinión solo sirve a los intereses económicos de sus propietarios.
Al mismo tiempo, ve con buenos ojos a Assange, que al frente de Wikileaks ha sido responsable de la publicación de miles de documentos secretos embarazosos de Estados Unidos.
El australiano entrevistó recientemente por videoconferencia al mandatario ecuatoriano, una conversación en la que surgió “empatía” entre ambos, según Mauro Cerbino, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Correa, un presidente de izquierda aliado del venezolano Hugo Chávez que no tiene reparos en arremeter contra Washington, dio entonces la bienvenida a Assange al “club de los perseguidos”.
En 2010 el entonces canciller ecuatoriano, Kintto Lucas, le había ofrecido a Assange la residencia ecuatoriana “sin ningún tipo de condicionamiento”.
Aunque Correa aclaró que Lucas habló “a título personal” y no en nombre del Gobierno, posteriormente alabó a Assange en una entrevista con un canal colombiano.
“Cometió una ilegalidad, pero a la final nos brindó un bien mayor: revelarnos la política imperial de los Estados Unidos”, dijo.
Cerbino cree que Assange le ha dado a Correa una “oportunidad” de responder a las críticas si da asilo “a alguien que precisamente tiene problemas a nivel internacional por haberse expresado libremente”.
Assange ha agotado sus recursos legales en Reino Unido para impedir su extradición a Suecia, donde está acusado de delitos sexuales, pero mantiene que el proceso en su contra tiene en realidad motivación política y que es perseguido por su trabajo en Wikileaks.
Sobre Correa han llovido críticas por sus demandas contra periodistas y su discurso combativo contra la prensa, a la que él llama corrupta, manipuladora, mentirosa y mediocre, entre otros epítetos del mismo cariz.
En su último programa televisivo sabatino Correa exhibió la foto de Gustavo Cortez, editor general de El Universo, el mayor diario tradicional de Ecuador, y le tildó de “siniestro” y “odiador”.
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También ha prohibido a sus ministros dar entrevistas a los principales medios de comunicación privados.
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Correa insiste en que en su país hay plena libertad de expresión, pero no ha convencido a entidades como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría de la ONU para la Libertad de Expresión, que han criticado a su Gobierno.
El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, ha indicado que Correa estudia la petición de Assange, quien está refugiado desde el martes en la embajada ecuatoriana en Londres.
“La libertad de expresión ahora se pone en discusión en el más alto nivel. No tememos estar donde las papas queman. Y enfrentar lo necesario”, escribió Patiño en Twitter.
Mientras Assange quiere ir a Ecuador para continuar con su “misión” informativa, como ha dicho, otros han intentado salir por el mismo motivo.
Carlos Pérez, director de El Universo, buscó asilo en la embajada de Panamá en Quito y el ex editorialista Emilio Palacio lo ha pedido en Estados Unidos. Ambos fueron demandados por injurias por Correa, quien tras ganar el proceso los perdonó.
Además, los miembros de una veeduría ciudadana que investigó los contratos con el Estado de Fabricio Correa, hermano del mandatario, han recibido asilo en tres países europeos, según dijo hoy Pablo Chambers, presidente de ese grupo, quien no quiso revelar cuáles son esas naciones.
Chambers, quien está siendo procesado junto con sus colegas, calificó de “paradójica” la petición del fundador de Wikileaks.
“Yo le diría al Señor Assange que si quiere decir la verdad en Ecuador se cuide, porque va a ser tomado preso”, le advirtió.