Ximena Mendieta, Yessenia Uyaguari y Rebeca González quieren emprender en la confección tras graduarse. Foto: Cortesía Ninoska Merchán
La industria de la moda puede parecer frívola y superficial, sin embargo, detrás de las vitrinas hay personas que aportan con conocimientos y trabajo a la creación de cada prenda.
La diseñadora y docente lojana Ninoska Merchán quiere visibilizar este ‘backstage’ de la moda con una producción realizada junto a tres estudiantes de confección, con el apoyo de diferentes profesionales del sector.
Rebeca González, Ximena Mendieta y Yessenia Uyaguari presentarán la siguiente semana el proyecto final del programa de confección de la Academia Atenea de Loja. Este consistió en la elaboración de cuatro ‘looks’ por estudiante, que serán mostrados en un desfile.
Reciclaje textil, para cuidar los recursos
La pandemia ha venido con una crisis económica que ha afectado a todos los sectores de la sociedad y en este contexto, la creatividad para ahorrar recursos se vuelve valiosísima.
Las tres estudiantes usaron prendas y textiles en desuso para crear sus líneas. Recibieron donaciones de diseñadores y de otras personas. Además, ellas mismas buscaron en casa artículos a los que se les podría dar una segunda vida.
Si bien esto ahorró los costos de la producción, el reciclaje textil es una práctica en la industria de la moda que busca evitar la producción de más materia prima.
De esta forma, se disminuye la sobreexplotación de los campos, de algodón, por ejemplo, y la contaminación del agua en los procesos de creación de la tela y, después, de la prenda. Al haber menos producción también habrá menor cantidad de desechos textiles que se acumularán en rellenos sanitarios o que llegarán a las fuentes hídricas.
“Es importante hablar de sustentabilidad desde las aulas”, dice Merchán. “Puede ser un nicho de mercado el recolectar ropa en desuso y sacar una línea creada con estas prendas”, agrega la diseñadora.
Moda creada para el contexto ecuatoriano
Al crear las colecciones finales, González, Mendieta y Uyaguari se enfocaron en que sean comerciales. “Con esto rompemos la idea de que lo reciclado tiene que ser extravagante. Trabajamos con base en el cliente nacional, que no es tan arriesgado”, explica la docente.
González, quien se animó a estudiar a sus 34 años motivada por sus dos hijos, confeccionó vestidos de fiesta con bordados. En uno de los casos, tomó una falda maxi reciclada y la convirtió en un vestido ‘strapless’ con apliques.
“Me gustaría hacer prendas a la medida, poner mi local y tenerlo abierto para el público lojano”, relata González.
Mendieta, de 29 años y madre de una niña de 5, creó una colección de prendas no tan ajustadas a la silueta, más “libres”. Con una tela que tenía guardada, por citar un ejemplo, diseñó un vestido en media campana ajustado a la cintura con correas recicladas y con una hebilla impresa en 3D.
“Me encantaría llegar a confeccionar con una costura excelente para emprender”, dice Mendieta.
Uyaguari es la más joven del grupo, tiene 22 años y estudió confección con el objetivo de emprender y ayudar económicamente a su familia. “Somos de bajos recursos económicos. Les pregunté a mis padres si me podrían apoyar para estudiar y mi papi dijo que bueno”, cuenta.
Para la presentación de graduación, Uyaguari transformó textiles y ropa en desuso en vestidos y conjuntos de fiesta.
“Una vez que me gradúe quisiera crear mi propio taller, donde ayude a más chicas que necesiten trabajar y tengan ese anhelo de aprender”, comparte.
Trabajo colaborativo para apoyar a los nuevos talentos
Merchán se propuso mostrar el trabajo de sus estudiantes con el apoyo de otros profesionales de la industria. Para ello, primero propusieron una producción de fotos.
El fotógrafo Máximo Álvarez, la maquilladora Cinthya Guamán, la estilista Gabriela Martínez y modelos de la academia Ephemeral fueron parte de la sesión para crear las fotos con las que se promociona el trabajo de las estudiantes.
Las colecciones se presentarán el 11 de marzo, en un desfile que también contará con muchos hombros. Maquilladoras, estilistas, modelos y fotógrafos volverán a colaborar con las confeccionistas.
“Hay mucho talento escondido en Ecuador. La pandemia nos dejó unión y al realizar la producción no encontramos puertas cerradas”, finaliza Merchán.