¿Existirá elección más complicada que la ecuatoriana? Desde los procesos de democracia interna hasta la inscripción de quienes realmente estarán en la papeleta, las elecciones nos invitan siempre a estar atentos. La mayoría de veces nos encontramos frente a un periodo en el que la política dará algo de qué hablar, ya sea por acciones positivas o negativas. En el país estamos dentro del segundo grupo, aquellos que por costumbre están a la expectativa de encontrar sorpresas poco gratas.
A menos de 7 días para que se lleven a cabo los comicios en Ecuador nos encontramos frente a un escenario desalentador, pues conforme pasa el tiempo las acciones que rodean esta temática se vuelven reiterativas, predecibles y vacías. Peleas entre autoridades, suspicacias electorales y la reavivación del debate entre aquellos que tienen vs. los que no tienen. Y este comentario no es producto (únicamente) de lo que se logra ver de los candidatos sino también de las instituciones que regulan dicho proceso y de las condiciones bajo las que se juega esta partida electoral.
De una u otra manera en Ecuador, cada 4 años, se logra volver a viejos “debates” con los mismos protagonistas e incluso con las ya repetidas figuras nuevas, aquellos personajes que prometen ser distintos y no cometer los mismos errores. Así, podría decirse que la clase política de nuestro país maneja una tónica similar de discurso donde lo único que ha variado es la cantidad de aspirantes con la que contamos.