Tres parques de Quito registraron este 2 de enero del 2021 una escasa concurrencia de personas por la mañana. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
El primer fin de semana del año no motivó a los quiteños a salir a los parques la mañana de este sábado 2 de enero de 2021.
El parque de El Calzado lució inusualmente vacío. Esto era notorio en casi todas las áreas de este centro de recreación del sur de Quito. Apenas una pareja de jóvenes con mascarillas paseaba a su perro. Jackeline Loaiza cuenta que ella y su hermano Jorge salen siempre con su mascota Serafín al menos una hora al día, ello debido a que en su casa no tienen mucho espacio y consideran que es importante para ellos y para su can ejercitarse. Dicen que así se desestresan todos los miembros de su familia.
Más concurridas lucían las canchas de básquet y ecuavóley, en donde una docena de jugadores se enfrentaba. Eso sí, la mayoría hacía caso omiso de la disposición de usar mascarillas para tratar de evitar el contagio del coronavirus.
Galo Guerra, uno de los deportistas, lo justificó diciendo que todos son conocidos del barrio y que salen cada fin de semana desde que terminó la cuarentena. Aduce que en su cuadra casi no hay casos.
Al otro lado de la ciudad, en el parque Inglés, ubicado al norte de la urbe, hubo más concurrencia. Algunas familias ocupaban los espacios verdes y conversaban. Katty Llanos relata que acudió con su esposo y sus hijos para distraerse un poco y aprovechar que salió el sol.
Ella cuenta que antes de que se decrete el estado de excepción tenían planeado ir a la playa para pasar el fin de año, pero no se pudo y prefirieron quedarse en casa. Cancelaron una reserva que habían hecho en un hotel de Tonsupa. Uno de sus hijos, Johnatan intentaba hacer volar una cometa, su madre le advertía que sin viento no se puede.
Con más gente lucían las canchas de básquet del parque. Allí dos equipos uniformados se enfrentaban, e incluso contaban con un árbitro que hacía sonar permanentemente su silbato. Solo el juez llevaba la mascarilla en la barbilla, los jugadores las usaban correctamente.
Al sitio concurrieron también vendedores ambulantes que ofrecían helados y salchipapas. Uno de ellos, Ramiro Gualotuña, dice que tienen que aprovechar que hay gente para vender sus productos y obtener algo de ganancia, que por la tarde será difícil porque seguro llueve y la gente no saldrá al parque.
Para Salomón Cisneros, un espectador, los jugadores suelen quedarse en las canchas hasta que llueva o les llamen a almorzar de sus casas. Él dice que siempre sale al parque a ver los partidos de vóley que se arman. Cuenta que vive cerca, en la calle Machala.
Entre tanto, el parque La Carolina estaba prácticamente desolado. Solo unas pocas personas caminaban por el lado este del centro de recreación. Carmen Andrade comentó que le sorprendió ver a tan pocas personas en este lugar. “Realmente pensé que la gente vendría para distraerse, pero no hay casi nadie”.
La mayoría de ciudadanos que concurrieron a este lugar se concentraron en la pista atlética que está ubicada junto a la Cruz del Papa.