La feria funciona dos días a la semana en la parroquia San Antonio, en el sur de Ibarra. Foto: José Luis Rosales / EL COMERCIO
La feria de ganado mayor y menor La Cruz, ubicada en Ibarra (Imbabura), recupera poco a poco su dinamismo. El martes pasado se comercializaron 862 bovinos en ese sitio.
En la Sierra Norte hay seis ferias de este tipo. Pero la de Ibarra es la primera que reabrió hace 15 días, tras casi seis meses de cierre por la emergencia sanitaria del covid-19.
En este espacio se congregan ganaderos y comerciantes de Imbabura, Carchi y Pichincha, asegura Stalin Cárdenas, quien busca animales para vender la carne en tercenas de Quito.
El negociante calcula que envía entre 50 y 60 reses cada semana. “A pesar de la crisis sanitaria, mis ventas no se redujeron”. Pero cuenta que mientras estaban cerradas las ferias recorrió las comunas de la región para adquirir reses.
Según la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario, entre julio y agosto último 8 994 bovinos y 1 094 porcinos se enviaron desde Imbabura a otras provincias.
Alexandra Chicaiza, directora de Agrocalidad, indica que la mayor parte se destinó a camales de Cayambe y Quito.
El funcionamiento de estas ferias también favorece a transportistas y comerciantes de comida y otros artículos.
El carchense Pablo Benavides se dedica desde hace cinco años al transporte de ganado vacuno. Comenta que por la emergencia sanitaria prácticamente paralizó su actividad.
Con la apertura del mercado de animales de la capital imbabureña pudo retomar sus recorridos. Por cada flete cobra entre USD 80 y 100.
El martes le contrataron para trasladar 12 toros y vacas desde la parroquia Julio Andrade, en Tulcán, hasta el recinto La Cruz, situado en la localidad de San Antonio de Ibarra.
Este centro funciona los martes solo para la comercialización de bovinos, y los miércoles se incrementan animales porcinos y caprinos.
El administrador Andrés Arroyo explica que antes de la reapertura presentaron un plan de contingencia al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, en el que detallaron acciones para evitar contagios de coronavirus.
El Mercado de Animales de Otavalo seguirá cerrado. Mientras tanto, las ferias de los cantones Montúfar y Tulcán, en Carchi, ya se alistan para retomar la comercialización de animales con nuevas medidas.
Para Bayardo Goyes, presidente de Centro Agrícola de Tulcán, es necesaria la reapertura de esos lugares porque el sector ganadero no tiene dónde exponer su producción. Hay usuarios en Imbabura y Carchi que van a las tres ferias.
En Montúfar existe el Mercado Agroganadero, que antes de la pandemia convocaba a ganaderos del Carchi y a compradores de Ibarra, Quito, Ambato, Riobamba y, en ocasiones, incluso de Guayaquil.
Andrés Ponce, alcalde de Montúfar, asegura que es el segundo mercado más grande del país, después del de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Según un sondeo realizado por el Cabildo, se estima que en cada día de feria se obtenían hasta USD 500 000. El local, situado a 2 kilómetros de San Gabriel, congregaba a 3 500 personas durante las seis horas de funcionamiento.
Por esta razón se aplicarán cambios para la reapertura, prevista para octubre próximo. Luis Valencia, administrador del mercado, explica que se establecerán dos días para la venta de ejemplares: los jueves se ofertarán los bovinos machos y los sábados, las hembras y sus crías.
El funcionario comenta que analizan estrategias y nuevos protocolos para brindar seguridad a los usuarios.
En Tulcán también se alista la apertura de la Feria de Comercialización de animales. Ayer, responsables del Centro de Faenamiento y técnicos de Obras Públicas de la Municipalidad planificaron una inspección del predio donde funciona normalmente la feria.
Édgar Montenegro, encargado del centro, adelanta que reacondicionarán las áreas de carga y descarga, los ingresos y acatarán todas las medidas preventivas posibles.
A este sitio también llegan negociantes de varias ciudades del país. El funcionario señala que antes del cierre en este espacio se comercializaban 300 bovinos y hasta 150 cerdos.
La mayor parte del ganado del Carchi va al camal de Quito; en menor porcentaje lo llevan compradores locales, señala Federman Villarreal, director de Agrocalidad Carchi.