La cantante mexicana Lila Downs forma parte del proyecto Voces Latinoamericana. Foto: Cortesía Sebastián Monsalve, productor
Yo vengo a dar mi corazón, de Fito Páez y Gracias a la vida, de Violeta Parra son dos himnos musicales que recobran el aliento en la interpretación de 11 cantoras latinoamericanas. Las ecuatorianas Margarita Laso y María Fernanda Rivera han sumado su voz a la de Lila Downs, Susana Baca, Soledad Pastorutti, Teresa Parodi, Liliana Herrero, Pascuala Ilabaca, Vivir Quintana, Niyireth Alarcón y Tita Parra en el proyecto denominado Las voces de Latinoamérica.
El director y productor Sebastián Monsalve encabeza este proyecto que “envía un mensaje de aliento y esperanza” a todos quienes atravesamos por una crisis sin precedentes, debido a la pandemia por el covid-19. Los fondos que se generen de la difusión de estos temas serán destinados al apoyo de fundaciones e instituciones que atienden a personas afectadas por el nuevo coronavirus.
Esta campaña de esperanza y solidaridad empezó con el lanzamiento de la nueva versión de Yo vengo a dar mi corazón del argentino Fito Páez, el pasado 31 de julio. El estreno de Gracias a la vida se realizará este viernes 7 de agosto de 2020. Ambas canciones llegan acompañadas con un video que se puede ver en el canal Las Voces de Latinoamérica, en Youtube. A través de una videollamada, cuatro de las cantoras conversaron con este Diario sobre los detalles de la producción
Yo vengo a ofrecer mi corazón y Gracias a la vida son canciones que surgen en otros tiempos y contextos. ¿Qué hace que estos temas se mantengan vigentes y se vuelvan universales?
Margarita Laso. Estos temas tienen una verdad humana. En el caso de Gracias a la vida de Violeta Parra encontramos la gratitud como una de las virtudes que pueden surgir desde el corazón individual, pero también colectivo. Pascuala Ilabaca también refería la conexión con una cosmovisión ancestral que agradece la vida desde su conexión con la naturaleza. Yo vengo a ofrecer mi corazón nos habla de un desierto en el que sobrevive un latido, como una metáfora de lo que aún nos queda por entregar. Eso ha trascendido las vicisitudes de nuestras vidas en cada país y por eso vuelve a estar vigente.
¿Cómo ha sido recibida la reversión de estos temas en un momento de crisis como el que estamos vivienda actualmente?
María Fernanda Rivera. Estos temas tienen un mensaje de esperanza frente a la vida. En momentos como el que estamos viviendo la humanidad necesita de voces de aliento. Nos hemos convertido en portadoras de este regalo que es la música. Esa es la misión de un artista. Poder llegar a la gente y conmover a la sociedad con una letra y una canción que nos haga más humanos. En el aislamiento, la música puede ser la luz que nos dice que esto va a pasar.
En marzo salió a la luz Vivir sin miedo, un tema que denuncia la violencia de género. ¿Cómo ve la situación de la mujer en este escenario mundial en el que se han sumado nuevos temores?
Vivir Quintana. Se han sumado nuevos temores, pero también nuevas esperanzas. Estamos en momentos de reconstrucción en la educación, cultura, artes y en todos los ámbitos. Este proyecto ha construido un puente entre todas las cantoras que admiro muchísimo y con las que aspiramos a cambiar el panorama. Somos mujeres llamando a otras mujeres a mantenerse fuertes. También nos dimos cuenta de que hay mucha gente que quiere ser escuchada, compartida y vista. A fin de cuentas, la música también es política y habla de lo que pasa en la sociedad porque es el reflejo de esa. En ese sentido, las mujeres estamos en un proceso de transformación y empoderamiento.
¿Qué es lo que une e identifica a estas 11 mujeres alrededor de estos temas?
Teresa Parodi. Hay un canto latinoamericano que nos hermana de modo absoluto. Yo me reconozco en el canto de cada una de ellas, coincidimos en ese nudo maravilloso que es la profunda cultura de nuestros pueblos compartida a lo largo de la historia de nuestro continente. Por eso las canciones atraviesan las fronteras y los países son de todos, porque de pronto, todos estamos cantando versos escritos por argentinos, colombianos, venezolanos y de todos los países de la región. La música latinoamericana es un cauce sonoro en el que nos identificamos. Cuando nos juntamos sentí que nos conocíamos de mucho tiempo y eso le da una fuerza feroz al canto popular, porque es libertad absoluta y siempre es tan bueno que va a parar al corazón del pueblo, de donde viene originalmente. Es emoción pura y además tiene una memoria de la patria grande y de la patria chica de cada una de nosotras.
Una memoria histórica que incluso atraviesa generaciones…
Teresa Parodi. Las canciones cumplen con su destino cuando muy pocos se acuerdan de su autor, porque se las tomó el pueblo. En ese caso el autor escribió para siempre porque hizo una canción de un sentimiento colectivo. Violeta y Fito Páez nos han descrito a todos y nosotras solo le estamos devolviendo al pueblo eso que se escribió a partir de su propia historia.
¿Qué papel juega el arte como apoyo a las personas e instituciones que siguen trabajando en la primera línea de acción contra la pandemia?
Margarita Laso. Nos hemos visto conmovidas por quienes les ponen el pecho a las balas. Creemos que hay un valor simbólico enorme, más allá de lo que pueda recogerse como un aporte económico. Desde hace muchos años nos azotan distintos enemigos, que son los mismos en cada país. Reconocemos como enemigo común no solo a la pandemia, sino también a la violencia, el feminicidio, la desigualdad social y otros.
¿Cuál es tu apreciación musical sobre el resultado de estas canciones que convocan a artistas que provienen de diversos influjos y corrientes artísticas?
Vivir Quintana. Uno siempre se pregunta cómo hacer diferente una canción que se ha grabado muchas veces. Pero son tan bellas y profundas que sentí mucha curiosidad por saber cómo iba a sonar. Me puse a escuchar muchas versiones de las dos canciones para poder hacer la mía. La forma en la que se entrelazan todas estas voces hizo explotar mi corazón de la emoción. Estas canciones me han hecho estremecer, al verme rodeada de estas mujeres tan profundas y grandes. El canto es querer conectar con los corazones, oídos y mentes de quienes nos escuchan, porque el canto también es hacer conciencia.