El 21 de mayo del 2020, se cumplieron dos años de vigencia de la Ley para la Circunscripción Territorial Especial Amazónica, creada con fundamento en el Art. 250 de la Constitución; dicho cuerpo legal asigna a la Amazonía al menos dos dólares por cada barril de petróleo producido y comercializado por las petroleras públicas y privadas y otras utilidades provenientes de la minería e hidroeléctricas; hasta allí suena muy bien este cuerpo legal, sus artículos y transitorias, sin embargo el tiempo ha transcurrido y con ello los plazos de estricto cumplimiento se están agotando, y, si de beneficios hablamos muy poco o nada se ha concretado.
La brutal crisis sanitaria y económica que ha producido el covid- 19, debería obligar a aquellos que tienen la oportunidad de administrar estos recursos, en primer lugar destinar los mismos a salvar vidas, luego, procurar la seguridad alimentaria a quienes más necesitan, considerando que la mayoría de pobladores de esta región pertenecen a grupos vulnerables y de pobreza extrema; por otro lado, conforme al art. 43 de esta ley y en concordancia con la transitoria séptima, las entidades financieras públicas debieron ya haber creado créditos especiales y preferenciales para financiar y promover las actividades productivas priorizadas en el Plan Integral para la Amazonía, hoy más que nunca es imperativo cumplir con estos artículos de ley, caso contrario las autoridades ambientales no se darán abasto para controlar la cacería furtiva, la pesca indiscriminada y agresiva, tala de especies maderables, claro está, teniendo a la mano estos recursos nadie se dejará morir de hambre; con esto el espíritu de la Constitución se verá comprometido y nuestra preciada región amazónica seguirá siendo vulnerada. En esta fecha se cumple el plazo de dos años que otorga la transitoria décima primera para la creación de las anheladas universidades amazónicas, por lo visto esto no se dará ya que los legisladores al escribir este punto, se les paso por alto asignar recursos de esta misma ley para el financiamiento de estas instituciones educativas, aquí cabe reformar la misma y en lo concerniente al tema laboral, de igual manera. Los amazónicos confiamos que nuestro tan esperado desarrollo sea una realidad y no una tomadura de pelo, como al parecer está sucediendo. Feliz aniversario de la Ley C.T.E.A.