El apuro por atender a un paciente que presentaba un sangrado abdominal lo convirtió en el primer conductor detenido por exceder el límite de velocidad en Quito.
Édgar Proaño Gordillo, un médico cirujano con 15 años de experiencia, circulaba ayer por la av. Simón Bolívar, sector de La Argelia, en el sur. Se dirigía al hospital Enrique Garcés donde trabaja. Él conducía su carro, un Kia azul.
A las 06:55, el radar de la Policía detectó que sobrepasó el rango moderado. Iba a 125 km/h, en una zona donde el límite máximo permitido es de90km/h.
El policía Braulio Torres, quien participaba del operativo de control, fue el encargado de notificarle que cometió una contravención y que estaba detenido. Al sitio llegó el hermano de Proaño, quien se hizo cargo del carro. En estos casos, los vehículos no son retenidos, solo el conductor.
“Le leí sus derechos. Luego lo trasladamos al Juzgado de Tránsito para la audiencia de flagrancia”, explicó el policía.
Tres minutos más tarde, el radar de la Policía, en el mismo sector, fotografió a un segundo vehículo. Era un Kia sin placas, rojo, que iba a 137 km/h. Este era conducido por Marisol Jiménez.
La joven es oriunda de Salcedo, en la provincia Cotopaxi. Una prima, que prefirió no identificarse, contó que es estudiante universitaria en Latacunga y venía a Quito para tramitar unos documentos relacionados con sus estudios
Las dos personas detenidas fueron trasladadas al Juzgado V de Tránsito, en el segundo piso del Palacio de Justicia. Permanecieron aislados en una sala de espera, hasta que se realizó la audiencia de flagrancia. El ambiente en el pequeño juzgado era ajetreado, policías iban y venían.
Llegaban conductores que no tenían puntos en la licencia, otros por choques y atropellos.
A las 12:13 se instaló la audiencia de Édgar Proaño, que la presidió el juez Rafael Pérez. Iván Rojas, su abogado defensor, alegó que su cliente iba a exceso de velocidad por una emergencia médica. “Además, tenía varias cirugías programadas”. Adjuntó un certificado del hospital Enrique Garcés. “La premura era para salvar vidas. Tiene pacientes en estado crítico que necesitan atención personalizada”.
Estos argumentos no convencieron al juez, quien recomendó a Proaño primero salvar su vida.
La fotografía del carro de Proaño que se adjuntó al parte policial fue la prueba de la contravención. El juez Pérez declaró autor responsable de la contravención y le sentenció a tres días de prisión, a pagar una multa de USD 292 y la reducción de 10 puntos en la licencia, como lo establece la Ley de Tránsito.
Proaño reconoció su error. En su opinión, los operativos deben ser preventivos. Dijo que no está de acuerdo con que los policías salgan a la cacería de quienes infringen la Ley de Tránsito.
Además, se quejó de que en las calles no hay las suficientes señales de tránsito. Proaño cumplirá su prisión en el Centro de Detención de Delitos de Tránsito de La Mena. A las 12:55 se inició la audiencia de Marisol Jiménez.
Su abogado Humberto Albán pidió que se la juzgue en derecho. Recibió la misma sentencia. La prisión la cumplirá en el centro de la av. Colón.