Siendo la voluntad popular la que debe prevalecer en la elección de dignatarios para que representen los intereses de las mayorías, es importante que quienes ejerzan el escrutinio sean personas independientes sin inclinaciones políticas que puedan influir en los resultados, a más de ello, la mística de su trabajo debe estar garantizada con su manera de vida y de ser posible, que imparcialmente haya cumplido con la sociedad de manera intachable. Sin embargo, al existir intereses de los partícipes en las elecciones, es justo que sus representantes intervengan en todos los procesos de escrutinio.
Con el fin de incrementar la confianza en el CNE, el padrón electoral debe ser igual a los datos de ciudadanos registrados por el Registro Civil, a lo que habría que depurar, menores de edad que todavía no han obtenido su ciudadanía, policías y militares, porque su trabajo está relacionado con la seguridad y defensa de toda la ciudadanía, dejando de lado posiciones políticas, con una mística de servicio nacional. Tampoco deberían considerarse electores a inmigrantes que no se han comprometido con el país, jurando defender nuestra bandera como ciudadanos, por último, a quienes se les ha privado de la libertad, por haber faltado a la sociedad que debieron siempre defender, una vez cumplida su sentencia, sus derechos serían restablecidos. Actualmente, desean participar como candidatos, personas que son investigados por la justicia por sus gestiones cuando ejercían funciones públicas, aducen que mientras no se los declare culpables, pueden intervenir, la representación en los cargos públicos debe estar para aquellos que no existe dudas de su proceder, por eso es bueno que no se repitan períodos de servicio al país a través de elecciones.