Si las penosas expresiones siguientes nacerían de un ciudadano común y silvestre como el suscrito, con todo el derecho que pueden pasar por alto, pero si formalmente en los medios importantes se comenta el espantoso estatus social del Ecuador, creo que es hora de despertar, caso contrario el futuro es tenebroso por decir lo menos, estamos construyendo nuestra propia tumba, cualquier parecido con Venezuela no es pura coincidencia.
Es posible como adulto mayor tenga una cosmovisión diferente de las generaciones siguientes, pero estoy seguro de tener argumentos para decir que estoy en lo correcto, reclamo a la juventud, a las universidades, a organizaciones sociales, investigadores, sociólogos, excluyo a los políticos porque persisten en la mediocridad y deshonestidad, por eso Aristófanes les retrataba diciendo, “tienes todos los dotes requeridos para ser un buen gobernante, voz estridente, nacimiento bajo, modales callejeros, charlatán, intrigante y corrupto, eres el candidato perfecto”.
No cito nombres para evitar susceptibilidades o que me salí del contexto: “El Ecuador agoniza, los ecuatorianos están perdiendo parte de su vida intentando mostrar cualidades que no tiene, que se vayan todos, la lucha por el poder ha estado desde siempre asociada con intrigas, traiciones, trampas y toda clase de bajos sentimientos como el odio, la envidia y el desprecio, hay un lado turbio de la política que se manifiesta en los chismes, delaciones, espionaje y filtraciones, porque vivimos tiempos de cinismo, solo una sociedad embrutecida por la corrupción pueda permanecer impávida ante tanto latrocinio y abuso desmedido, asaltar y destruir Quito quedará en la impunidad, los organismos de control son un fiasco, en el exterior encuentran delitos financieros cometidos en el Ecuador, acá, bien gracias, tenemos una confrontación a dentelladas que contribuye al desprestigio del político, los socialistas del siglo XXI que maniobran incesantemente para defender y difundir su ideología, se organizan para recuperar el poder que nunca supusieron que habrían de perder.
La contraparte: un capitalismo que ha devorado derechos fundamentales, sueldos, pensiones, educación y salud digna, el capitalismo esconde sus ganancias en los mismos paraísos fiscales que usan los narcos y traficantes de armas que según los entendidos ahí se esconde más del 30% del PIB mundial. Casi el 50% de la población desprecia la democracia, la Fiscalía y la administración de justicia está colapsada, el escepticismo y la desconfianza que se respiran, se hallan en gran medida por las evidencias de escandalosa impunidad.
Las herramientas para la cirugía mayor han sido sustraídas, por allí sale un desaguisado: No apelaré la sentencia, cambio la cárcel con libertad condicionada, absolutamente todo delito es negociable. La corrupción ha echado raíces profundas en nuestra cultura política que el correísmo es pieza importante en los cálculos electorales. Es en serio.