Haylee Ann Rucker vive en un pequeño pueblo rural de Minnesota. La joven de 19 años nació en los Estados Unidos de padres estadounidenses, pero legalmente no existe. Fotos: AFP
En un pequeño pueblo rural de Minnesota vive una joven llamada Haylee Ann Rucker, de 19 años, que no tiene licencia de conducir, pasaporte ni seguro social, por lo cual no existe legalmente, aunque parece que ahora eso va a cambiar.
Su vida es una historia absurda de un ir y venir administrativo en el que están envueltos dos estados, el Gobierno federal y un hospital que no le hizo el certificado de nacimiento, sin el cual no puede acceder a un número de seguridad social.
“Realmente me golpeó cuando cumplí 16 años y no pude conseguir una licencia (de conducir) como todos los demás”, dice Rucker con voz suave y temblorosa.
Rucker vivía en Eveleth, una localidad de 3 700 habitantes, trabajaba como asistente de la esposa del alcalde, entonces postrada en una cama. Evidentemente, trabajaba en negro.
El alcalde Robert Vlaisavljevich tacha la situación de “lo más loca”.
Rucker fue una buena estudiante de secundaria y quiere ser enfermera, pero sin documentos de identidad, no puede inscribirse en la universidad. “Es decir, no puedo hacer nada. Estoy atrapada”, dice con una inmensa frustración.