En la terminal de Chaullabamba, ubicada al norte de la capital azuaya, se registran hundimientos y fisuras. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
El estudio con las recomendaciones para reparar la terminal de Chaullabamba, que forma parte del poliducto Pascuales-Cuenca, está listo. Pero Petroecuador no tiene los USD 34 millones que se requieren para la construcción de los pilotes, muro de anclaje y sistema de drenajes.
Esta infraestructura, que ocupa un área de 30 hectáreas en el norte de Cuenca, soporta graves problemas de deslizamientos, hundimientos y cuarteaduras por problemas de suelos y aguas subterráneas.
Estas fallas se conocían desde hace tres años, pero se requería un estudio que analice el origen de los daños y recomiende la mejor forma de solucionarlos, según el exministro de Energía, Carlos Pérez.
Ese informe geotécnico para la estabilización de taludes, realizado por la Empresa Pública de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), se presentó ayer. Las afectaciones son visibles, según se constató en un recorrido efectuado el pasado jueves 30 de enero de 2020 por las instalaciones.
Hasta ahora solo se han ejecutado obras urgentes como sellado con cemento o brea de fisuras de las vías de acceso, muros, aceras, cunetas y otros espacios. La intervención más importante se requiere en el área de las dos esferas de gas. Cada una tiene una capacidad de 6 200 metros cúbicos.
Allí, a finales del 2018 se produjo un deslizamiento de un talud, que estuvo a punto de comprometer las bombonas.
Como medida de prevención, Petroecuador declaró en emergencia la obra y ordenó evacuar el gas de las esferas para evitar accidentes.
La petrolera estatal realizó el movimiento de tierras para desalojar la presión que había cerca de esa área, se instalaron geomembranas para impermeabilizar el área y evitar que la tierra siga cediendo.
Con eso, la firma evitó mayores complicaciones porque -de acuerdo con las mediciones que se realizan de manera periódica- la situación no se ha frenado, dice Pablo Flores, gerente general de Petroecuador.
En los trabajos emergentes y en el estudio realizado por la Empresa Pública de la EPN se han invertido USD 600 000.
Este último incluyó la toma de muestras y perforaciones de pozos en varios sitios, que confirmaron que la obra se levantó sobre quebradas.
Además, la infraestructura se hizo en varios estratos de suelos como el arenoso.
También, se analizó cómo se mueven los suelos. Por eso, el estudio recomienda construir filas de pilotes para evitar que las placas se muevan. Además, se requieren drenajes para captar y conducir las aguas subterráneas y muros de anclaje en la zona de las esferas.
Según Flores, Petroecuador no cuenta con los recursos para esas obras porque el estudio fue entregado en diciembre pasado y no incluyeron ese monto en el presupuesto de la empresa del 2020.
Pero aclaró que priorizarán estas obras usando recursos de otros proyectos, sin especificar cuáles se verían afectados. Construir una nueva terminal costaría USD 200 millones.
Rodrigo Pareja, gerente de Infraestructura de la Empresa Pública de la EPN, dijo que la obra es urgente, aunque no dimensionó si otras áreas podrían colapsar. Las obras de estabilización tomarían seis meses, sin que implique la reubicación de las infraestructuras.
Para atender las fallas en la obra, según el exministro Pérez, se hizo la evaluación integral de la terminal con firmas internacionales avaladas por el Programa de las Naciones Unidas (Pnud) y luego se debía contratar un estudio técnico, “pero lamentablemente en el país no había una empresa que pueda hacerlo”.
Incluso dijo que la EPN pidió seis meses de prórroga porque el problema es complejo. “La gran preocupación son las esferas de gas que tuvieron que vaciarse para no correr el riesgo de que se caigan y ocurra una explosión”.
A estos problemas se suman los líos judiciales que están en curso. La demanda de Odebrecht (constructora de la obra) a Petroecuador avanza. El constructor reclama por la terminación unilateral del contrato en el 2017 cuando se empezaron a identificar las fallas.
Flores dijo que se defenderán y que alistan una contrademanda para la firma brasileña por daños y perjuicios y que será presentada en febrero. “Tenemos las pruebas”.
De acuerdo con Petroecuador, la obra fue adjudicada por USD 272 millones y terminó costando 623 millones.
En contexto
La terminal de Chaullabamba opera al 80% porque dejó de recibir 200 toneladas métricas de gas al día, por el daño en la zona de las esferas. Ahora, distribuye 660 000 galones al día de diésel, ecopaís y súper para Azuay, Morona Santiago y Cañar, según la jefa de la terminal, Sandra Idrovo.