‘Las manos en el volante, la mirada fija al frente y los cinco sentidos bien activados”. Es la frase que Liliana Briones, de 26 años, recuerda que le decía constantemente su padre cuando le enseñó a conducir, hace 11 años.
La estudiante universitaria conducía un Kia Sportage rojo. Mientras permanecía parqueada en la calle Isabel La Católica (detrás de la Universidad Politécnica Salesiana), en el norte de la urbe, la música de la radio del vehículo se escuchaba con fuerza. A las 09:20 de ayer, Briones se dispuso a manejar hasta su casa, en Carcelén Alto. Apagó la radio, sacó de un estuche sus lentes y arrancó.
Al llegar a la avenida Eloy Alfaro y Río Coca, la pluma del tablero que controla la velocidad marcó 70 km/h. Según la Ley de Tránsito, la velocidad permitida en vías urbanas es de 50 km/h y el rango moderado es hasta 60km/h.
A las 09:35, la vía lucía despejada. Esa fue una de las razones que motivó a Briones para acelerar.
Según ella, el problema no es manejar rápido, sino las distracciones que tiene el conductor. “Cuando manejo apago la radio y el celular, si pudiera también apagaría el velocímetro para no estar pendiente de él”.
Su paso por la avenida fue rápido, únicamente se detuvo en los semáforos. A las 09:55 llegó a su casa, en la avenida Clemente Yerovi y Diego de Vásquez.
Briones dijo desconocer si su carro cuenta con un sistema automático para calibrar la velocidad. “Solo si el sistema es automático funcionaría, porque así no implicaría una distracción”.
Gorki Obando, gerente general de Aneta, coincide con Briones. Para él, mirar el velocímetro es una distracción. También informó que la alternativa para no estar al pendiente del tablero de velocidad es programar el tacómetro al límite permitido (dependiendo de la ciudad y de los tipos de vía). “Algunos marcas de ve-hículos tienen un botón en la parte izquierda o baja del volante.
Al presionarla, el auto va a una velocidad programada, se la conoce como crucero”, comentó.
Sin embargo, no todos los ve-hículos cuentan con esta opción. Andrés Barragán tiene una furgoneta Mitsubishi de 1988.
Cuando se sienta frente al volante, el carro requiere de varios intentos antes de arrancar.
Una vez encendido el motor, Barragán arranca, cambia la marcha desde una palanca que está en el lado derecho del volante y avanza por la avenida 12 de Octubre y Veintimilla. A diferencia de Briones, él conduce a menos de 50 km/h, cada vez que detiene el carro por el tráfico o la luz roja de un semáforo, se arrima al volante y mira el velocímetro.
En la intersección de las avenidas 6 de Diciembre y Colón, un auto que circulaba detrás de él le pito fuertemente. La razón, la luz del semáforo ya había cambiado.
La alternativa
El velocímetro es un sistema que controla automática el movimiento de un vehículo. Solo en algunas marcas, el conductor puede configurar la velocidad, que actúa controlando la válvula de aceleración del vehículo.
Los controles de velocidad actuales pueden estar o no activados antes de usarse. E n algunos modelos está siempre activo, pero no siempre en funcionamiento. Hay un interruptor para activarlo, se presiona después de arrancar el motor.
El sistema para controlar la velocidad se opera de diferentes formas. Depende de la fabricación de vehículo.