La Superintendencia de Bancos afina los últimos detalles para lanzar la normativa que regulará la obligación de las instituciones financieras de ofrecer programas de educación financiera al cliente.
El cumplimiento de los parámetros básicos que deberán contener los programas será revisado y aprobado por el órgano regulador. Actualmente, la reglamentación está lista para su aprobación por la Junta Bancaria. Y tras su venia, las entidades tendrán tres meses para presentar sus programas al órgano rector.
Los objetivos principales apuntan a que se capacite al público en general para mejorar el manejo de sus finanzas personales y familiares y se eduque a los clientes para ser mejores consumidores de los productos y servicios financieros ofertados en el mercado.
Además, esta normativa apunta a que los ecuatorianos reciban una educación adecuada sobre las características, los beneficios, costos y riesgos asociados a los productos y servicios ofertados por las instituciones financieras; y sus derechos y obligaciones.
Esta decisión estaba anunciada desde el 26 de mayo, cuando el Gobierno alertó que aproximadamente 400 000 familias con actividades financieras se encontraban con indicios de sobreendeudamiento y, por ende, con dificultades para hacer frente a sus obligaciones contraídas.
De ahí que, desde esos días a acá, algunas instituciones hayan impulsado aún más sus programas de educación financiera para inculcar entre sus clientes una cultura financiera inteligente.
Ese es el caso de los bancos Solidario y Unibanco, que unieron sus fuerzas para que sus programas individuales tengan más fuerza en uno solo llamado Cuida tu futuro, donde a través de programas radiales, folletos, cursos de capacitación y de su página www.cuidatufuturo.com han tratado de implantar el chip entre sus clientes de que “manejar bien el dinero es bueno para todos”.
Banco Pichincha, a través de su Fundación Crisfe, también maneja su propio programa llamado Fútbol financiero, que a través de un juego pone a prueba a los clientes sobre su capacidad para manejar sus finanzas.
Los programas financieros deberán apuntar a absolver todas las interrogantes
A través de folletos, publicidad en medios, campañas audiovisuales o asesorías personales, las entidades bancarias deberán ayudar a sus clientes a comprender las ventajas, desventajas, riesgos y buen uso de sus productos y servicios.
Es más, tendrán que ir un paso más allá de lo que se realiza ahora a través de la implementación de programas para subgrupos específicos, como por ejemplo jóvenes con bajo nivel de formación.
Por ningún motivo, los clientes podrán prestarse para capacitaciones financieras si van atadas a la promoción y venta de productos o servicios de la institución. Si es así, usted podrá denunciarlo como una práctica no permitida.
Como cliente, usted podrá exigirle a su banco, mutualista o cooperativa que los programas se actualicen al menos cada año. Los productos y servicios se renuevan, por lo que las dudas pueden ser distintas.
Recuerde que usted podrá exigir educación financiera personalizada por parte de su institución según el género, la edad, el estado civil, los estudios, la ocupación, la relación laboral y el área geográfica donde vive. Además, podrá pedir que el enfoque de dicha capacitación sea según el nivel de ingresos y consumo.
La normativa
Los programas de educación financiera tomarán en cuenta los aspectos importantes del ciclo de vida económica de las personas, es decir, desde el nacimiento hasta la jubilación.
Cada programa debe incorporar seis temas de desarrollo: estructura y funcionamiento del sistema financiero; productos bancarios de captación (libretas de ahorro, cuentas corrientes, cheques, depósitos a plazo), ahorro y elaboración de un presupuesto familiar, administración del crédito, derechos y obligaciones del uso de las tarjetas y otras obligaciones contraídas.
La difusión de los programas se realizará a través de medios de divulgación al alcance del público: medios escritos, radio, televisión, Internet, aulas virtuales.
También se hará mediante publicaciones especializadas y conferencias dirigidas a asociaciones, centros de enseñanza, entre otros. Para ello, usted o su asociación deberán pedir por escrito estos cursos al banco.
Internet es otra de las formas de acceder a la capacitación
Si bien hoy los bancos, mutualistas y cooperativas tienen sus respectivas páginas web, en su mayoría no tienen un enlace o un ‘link’ para desplegar información de educación financiera. Con esta norma, esto será obligatorio y no perderá tiempo buscando el enlace.
A menudo, los términos económicos y financieros suelen provocar aversión entre las personas. Por ello, las instituciones financieras deberán anexar glosarios de términos, que le faciliten la comprensión.
Y para facilitar los cálculos sobre montos de créditos, plazos, cuotas, intereses, etc., se deberán desplegar calculadoras, simuladores o cualquier otra herramienta digital. Eso existe hoy, por ejemplo, cuando usted accede al Banco del Afiliado (Biess) y quiere saber sobre los préstamos.
Si aún después de toda la información detallada y didáctica que se despliegue, el cliente aún tiene dudas, la institución financiera deberá facilitar un enlace de preguntas y respuestas. También dispondrá de una oficina física para las respectivas consultas del usuario.
El personal del Servicio al Cliente deberá estar suficientemente capacitado en finanzas personales para la asesoría.