Como ocurre en Alemania y otros países, obligatoriamente toda persona previamente a obtener su licencia debería aprobar el estupendo curso práctico y teórico de 30 horas que dicta la Cruz Roja, pero también quienes trabajen con grupos de personas, no sólo guías de turismo como en la actualidad se exige, sino profesores, etc. Justificado por tantos motociclistas y buses accidentados por impericia o irresponsabilidad, en escuelas por accidentes, para la ciudad por los riesgos naturales y antrópicos, y lógicamente para los propios hogares. Se estudia: control de hemorragias; movilización en bloque para evitar muerte por movimientos inapropiados de cabeza a una persona accidentada por choque o caída que requiere por ejemplo respirar o vomitar; maniobra de Heimlich para desobstrucción de vías respiratorias (entre ombligo y esternón); resucitación cardiopulmonar, que incluye ejercicios para compresión torácica en víctima con débil pulso por hemorragia interna o visible e insuflación de aire para evitar muerte cerebral mientras llegan los paramédicos a aplicar el desfibrilador y estabilizar a víctima.
Cruz Roja necesita no sólo más ambulancias para llegar en menos de 10 minutos al lugar tras llamar al “nueve” “uno” “uno” (fácil indicación para un niño marcar), sino mejores sueldos de nivel superior de servidor público para esforzados profesionales que dependen del Ministerio de Salud y trabajan 12 horas seguidas con estrés añadido por el sonido de la ambulancia para atender tantas víctimas y que usan ropa con fluidos que deberían constantemente cambiarla.