El Japón ocurre algo inaudito: la mitad se congela y la otra se quema. Hay 2 millones de desplazados por 364 mm de lluvia y una insoportable ola de calor deja 30 muertos y 35 000 japoneses en los hospitales.
La India se inunda por el ciclón Phailin con vientos de 200 KPH. En Filipinas Manila se inunda y los peces nadan dentro de las casas. En Grecia el fuego desaparece el pueblo de Mati y hace poco se congelo Washington. En Ecuador se inunda la Amazonía. La naturaleza se ‘desquita’ de sus enemigos, los que habitan el globo. En 1997, la Convención sobre el cambio climático peleo 1 año para que el tema del efecto invernadero se incluya en el Convenio de Kyoto que se halla en fase de ‘ratificación’. El Protocolo será jurídicamente vinculante cuando lo hayan ratificado al menos 55 países contaminantes. EEUU y China son responsables del 45% de las emisiones de CO2, siendo el primero el que no firma el Protocolo de Kyoto y lleva la batuta del concierto que destruirá el planeta. Los científicos se cansan de predecir el final del mundo y los necios, de seguir contaminando la tierra que está por cumplir su ciclo y desaparecer para dar paso –una vez más- al nacimiento de una nueva población que la volverá a devastar.