Sorprendió la información sobre los regalos (un libro y un Rosario) enviado por el Obispo de Roma a Jorge Glas Espinel, condenado por asociación ilícita. Al analizar la situación se la puede entender como un proceso de pastoral penitenciaria, en la que se apoya al recluso para que reflexione sobre el delito cometido y pague por sus culpas. La segunda parte de la noticia es la que preocupa no sólo a los ecuatorianos, sino al mundo entero, se dice que el emisario que entregó los regalos indicó textualmente: “Francisco está pendiente de lo que pasa en la región, tiene una mirada muy clara de este cambio de rumbo, por eso va acompañando a los presos políticos”. Esta información necesariamente debe ser desvirtuada por los canales oficiales, pues constituiría un hecho por demás incómodo la intromisión en un proceso judicial interno de otro Estado, más aún el calificativo de “preso político” hecho sumamente grave pues demostraría anuencia y complicidad con el gobierno anterior empañado de corrupción. Al hablar de la “región” no se puede dejar de lado la realidad que vive Venezuela, la ausencia de un pronunciamiento contundente de parte del Papa se ha considerado como prudencia, sin embargo me pregunto, ¿habrán recibido un regalo similar Leopoldo López y Antonio Ledezma, presos políticos de ese país? Ojalá en las próximas horas el supuesto mensaje Pontificio sea desacreditado.