Cuando la radiación sobrepasa los 11 puntos ya es considerada extremadamente alta. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Los rayos ultravioletas traen beneficios para el cuerpo humano. Absorber la vitamina D y ayudar a procesos relacionados con el sistema inmunológico son dos de ellos, según expertos. Pero, ¿qué sucede cuando la radiación ultravioleta alcanza índices elevados como los que se han registrado en Quito durante los últimos cuatro días?
Para emitir las alertas, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) tomó en consideración una tabla que puntúa la radiación entre el 0 y el 11, como medidas normales.
Valdimir Arreaga, técnico del Inamhi, explicó que cuando la radiación sobrepasa los 11 puntos ya es considerada extremadamente alta.
En Quito, durante la mañana y tarde del 12 de marzo del 2018, el Inamhi reportó un índice de 15 puntos. Mientras que entre el domingo y lunes se experimentaron índices que oscilaron entre los 13 y los 16 puntos.
Desde el sábado, la capital presenta condiciones estables en lo relacionado con el clima. “Estamos influenciados por un sistema de alta presión que genera condiciones de estabilidad atmosférica. Tenemos un cielo con muy poca nubosidad”, dijo Arreaga.
Esas circunstancias son favorables para la presencia de más radiación. Este panorama durará hasta la mañana del próximo viernes, de acuerdo con el pronóstico del Inamhi.
Otro factor que influye en los actuales niveles de radiación es la llegada del equinoccio. Arreaga comentó que ese fenómeno se produce entre el 20 y el 21 de marzo, y ocasiona que el sol alcance mayor cercanía con la línea ecuatorial; esto hace que los rayos caigan de forma perpendicular.
La sobreexposición al sol trae consecuencias para la salud. Según Anita Buestán, docente de Medicina de la Universidad de Las Américas y experta en Dermatología, la piel y los ojos son los órganos más afectados cuando se registran altos índices de radiación ultravioleta (UV).
Buestán señaló que la afectación depende del tipo de piel, con base en siete rangos relacionados con su color. “En Quito hay una población mayoritariamente mestiza, lo que significa que tenemos una piel trigueña. Eso nos hace más tolerantes a los rayos UV”.
En lo expuesto por Buestán coincide Tamara León, coordinadora de Posgrado en Dermatología de la Universidad Central del Ecuador. Para esta experta, las personas de piel blanca son las más afectadas por la sobreexposición .
Entre los principales daños a la salud están las quemaduras, aparición de manchas o granos por el calor y la deshidratación de la piel. Buestán señaló que si existe una larga exposición a la radiación solar eso incidirá en la posibilidad de contraer cáncer a la piel, como un efecto de largo plazo y de mayor riesgo.
La dermatóloga Jennifer Granizo señaló que el hecho de que los rayos solares caigan de manera perpendicular, como en el caso de Quito, exige más cuidados y protección de la piel. “Es recomendable no exponerse al sol entre las 10:00 y 16:00.
También hay que usar protector solar, una gorra y camisas de manga larga”.