Vivimos una época en la que nadie quiere reconocer los errores cometidos, aun existiendo pruebas testimoniales graves, pues donde se descubre sobreprecios, simplemente se dice que no los hay; donde se han pagado sobornos, los sobornados niegan haberlos recibido; donde hay graves problemas en las obras ejecutadas, se las minimiza .
Algo parecido se presenta en el IESS porque sus directivos virtualmente desechan las preocupaciones que diferentes expertos han presentado, aun tratándose de organismos especializados de carácter internacional. Y esto, porque no se tienen claros los parámetros a los que está sujeto. Se piensa que si los ingresos de este año son superiores a los egresos, que automáticamente hay superávit actuarial, sobrante de recursos permanente. Se llega al colmo de afirmar que con dos medidas administrativas está ya superado el problema, pese a que se reconoce expresamente que para cubrir las obligaciones corrientes se están tomando reservas de capital, pues las medidas en referencia apenas rendirían USD 1 866 millones en 5 años y que el bache financiero solo del presente ejercicio alcanza los USD 1 752 millones. Por esta falta de claridad en el análisis, me permito recomendar a las autoridades del IESS, el estudio de la investigación realizada por el Instituto de Economía de la Universidad San Francisco respecto a la eventual descapitalización de la seguridad social, que está publicada como suplemento de EL COMERCIO del 25 de Septiembre.