Como es posible que los seres humanos hayan descubierto el átomo y conquistado el espacio, sin embargo muchos de ellos no se sienten libres de los estados de ánimo negativos y pesimistas, una gran mayoría de personas consideramos que el diálogo franco y directo es el camino correcto para llegar a establecer relaciones de convivencia normales y satisfactorias en la sociedad, pero parece que a medida que pasa el tiempo los niveles de estrés emocional se van elevando cada día, la doble vida o doble moral se han convertido en la forma de conducta de ciertos ciudadanos que habiendo llegado al poder no tienen la menor idea de que hay que aprender a dialogar dentro de una conducta humana libre y responsable para entender el rol que deben cumplir en su aventura política, el complejo de inferioridad, el no saber escuchar. La falta de conocimiento y seriedad ante sus propias propuestas contradicen su nivel de capacidad para desarrollar un proyecto de cambio o de como mejorar la vida de la gente; en la actualidad la manera de ser y actuar de un político confunde lo que quiere sostener con palabras y frases repetidas evidenciando un desdoblamiento psicológico de su personalidad. No es raro observarlos buscando hacer noticia en los medios de comunicación para promocionar su nombre y su ideología antes que cumplir con sus ofertas de campaña. La doble moral, la falta de ética y el doble discurso funciona en un equipo de adulones que anteponen los intereses personales y de grupo en el complejo camino de la corrupción donde se ofrece dar la vida por la lealtad al “compañero” pero sin ninguna prueba de descargo y con mucha audacia.