El asesinato de un hombre de 34 años en la parroquia Montalvo, en Tungurahua, desató la indignación de la gente de ese sector rural.
Las Juntas del Campesinado de Quero intervinieron. El presunto asesino y sus familiares tuvieron que huir para evitar ser secuestrados y sometidos a la justicia comunitaria.
Todo empezó alrededor de las 08:00 del pasado 1 de enero. Manuel N., quien se desempeñaba como guardia privado y tenía tres hijos, dormía en la cancha del barrio San Jacinto, a 20 minutos de Ambato.
Había concluido el baile de fin de año. De pronto, un vecino del sector lo atacó con un cuchillo. Le cortó la yugular.
Los familiares trataron de ayudarlo. En una ambulancia de la Cruz Roja lo llevaron al hospital, pero murió en el camino desangrado.
El presunto asesino escapó. La viuda y la hermana de Manuel pidieron el apoyo de las Juntas del Campesinado. Su dirigente máximo, Raúl Bayas, accedió a asesorar gratuitamente a esta familia de escasos recursos económicos.
Desde el viernes buscan al culpable. Sus familiares decidieron abandonar tres viviendas del barrio para evitar ser secuestrados por los miembros de las juntas. “Seguiremos el proceso para que se castigue a los culpables. El asesoramiento es gratuito. Esto no puede quedar en la impunidad”, dijo Bayas en su oficina ubicada en el centro de Quero.
Hoy, Bayas y otros dirigentes se reunirán en esa cabecera cantonal para analizar el trabajo de esta agrupación. También tratarán este caso.