Como ciudadano me siento indignado al darme cuenta que constituyo un gasto más para el Ministerio de Salud; no soy, evidentemente una inversión para sus autoridades pese a que aporté por 45 años al IESS que actualmente no puede decidir los medicamentos que debe comprar para atenderme ni a otros afiliados, porque debe someterse al cuadro básico y tiempos del Ministerio. Los criterios de inclusión de medicinas se fundamentan en función de gasto/ahorro y no Costo/beneficio.
Mucho se invierte en difusión de logros de salud y no niego que se avanzó en gran medida en atención a varias enfermedades catastróficas, pero en casos como el mío, en el que las medicinas alcanzan alto valor, la decisión del Ministerio de Salud al parecer es dejarnos de lado, negarnos la medicina, guardar silencio y esperar aunque pasen muchos años y defunciones.
Desde 2016 he recibido medicina en el Hospital Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil, costosa, no cara, puesto que ha mejorado mi condición de salud, pero para los funcionarios del Ministerio eso no es válido, no toman en cuenta evidencia científica y se escudan en faltas de fundamentos para negar su inclusión en el cuadro de medicamentos autorizados. Se rehúsan a permitir que el IESS, al que aporté tantos años, decida la compra de un fármaco que me permitirá una sobrevida de calidad junto a mi familia.
El criterio médico aplicado en mi caso no valora ni el fundamento del tratamiento que depende de las condiciones como paciente; pretenden que esperemos hasta 2018 en el que quizá se lo incluya en el cuadro de Medicamentos porque “sólo una parte de ellos serán aceptados” ¿Será que no entienden que estas enfermedades no admiten el abandono temporal del tratamiento, que los enfermos estarán desamparados hasta que quienes tienen el poder de decisión se dignen atenderlos? No es ese el país por el que voté, sino por otro en el que el ser humano es el centro de atención y más, tratándose de personas en condición de doble vulnerabilidad y que cumplió con el IESS toda su vida. Se debe racionalizar las inversiones en salud en general pero podría empezar por hacerlo con el tamaño del mismo ministerio, construcciones inútiles, chalecos rojos, publicidad, a fin de que puedan velar por las necesidades prioritarias como están obligados por mandato constitucional.