Edison Vega de Liga disputa una pelota ante un jugador del Deportivo Cuenca en partido jugado por la fecha 14 del campeonato ecuatoriano. Foto: API
El rostro de desconsuelo del DT Gustavo Munúa, tras la derrota ante Deportivo Cuenca reflejaba su angustia por la mala campaña de Liga. En la conferencia de prensa se notó preocupado, incómodo, antes de escuchar las preguntas.
Los albos cayeron en el Alejandro Serrano Aguilar y descendieron al undécimo puesto de la tabla, con nueve puntos. Solo están por encima del Clan Juvenil de Sangolquí, que tiene seis unidades.
El conjunto azucena ocupa esta incómoda posición después de la victoria del Fuerza Amarilla sobre Católica y del empate de El Nacional con el Delfín. En esta temporada, los albos solo han ganado un partido ante River Ecuador en la ronda de ida. Tiene seis empates y siete juegos perdidos.
Pero pese a la mala campaña, Munúa aseguró que seguirá firme en su cargo. Ayer, 14 de mayo, fue categórico: “Todas las semanas me dicen si voy a renunciar, ya les digo que no voy a hacerlo y con estos jugadores vamos a salir adelante”.
Durante la semana, el entrenador volvió a recibir el respaldo de la dirigencia encabezada por la familia Paz. En estos días se anunció la contratación de Aníbal Chalá, que se incorporará al equipo en el inicio de la segunda fase del torneo. También se busca reforzar el arco y el medio campo.
El DT se mostró seguro de sus expresiones y aclaró que Liga tiene un proyecto que espera concretarlo. Él confesó estar dispuesto a resistir todas las críticas, porque confía en el plantel. “Algunos, capaz que se ríen de lo que estoy diciendo ahora, pero falta mucho y tenemos ganas para luchar”.
Munúa, desde la zona técnica, no dejaba de alentar a sus dirigidos durante el compromiso. Los momentos más decepcionantes -para el estratega, jugadores y los 200 hinchas que se ubicaron en la general norte del estadio- fueron cuando llegaron los goles de los argentinos Richard Schunke y Juan Ignacio Dinenno, marcados a los 37 y 90 minutos.
El conjunto visitante tuvo ocasiones de anotar por intermedio del argentino Hernán Barcos, José Francisco Cevallos y Jonathan Betancourt.
Sin embargo, la desesperación y la marca oportuna de los rivales evitaron la conquista. Incluso el balón impactó en el vértice, tras un disparo de Betancourt.
La cancha, con charcos de agua por las constantes lluvias en Cuenca incluso durante el cotejo, tampoco favoreció a los dos equipos. El balón no circulaba con normalidad porque se quedaba detenido.
Al final del encuentro, unos 50 hinchas de Liga de Quito esperaron al plantel en las afueras del estadio. Unos daban ánimos a los jugadores y otros reclamaban por la pésima campaña cumplida después de 14 fechas jugadas.
Los gritos de descontento se dirigieron a Munúa y al arquero Daniel Viteri, antes que se subieran al bus que los llevaría al Hotel Zahir 360, ubicado a 60 metros de la puerta del camerino del equipo visitante. La oportuna intervención de la Policía Nacional evitó que los aficionados se acercaran al plantel.
En medio del desconsuelo, los seguidores del conjunto albo también reconocieron el aporte del goleador argentino Hernán Barcos y del volante José Francisco Cevallos. “Son los únicos jugadores que sacan la cara por el equipo”, coincidieron los seguidores.
Para brindar seguridad, seis vehículos y cinco motos de la Policía llegaron a los exteriores del hotel donde se alojó Liga. Además, unos 25 policías custodiaron el lugar para evitar desmanes. Poco a poco, los hinchas se alejaron.
Los 15 hinchas que se quedaron hasta después de las 14:00 tuvieron su recompensa, puesto que Cevallos salió del hotel, firmó autógrafos y se fotografió con ellos. También estaba afectado por la falta de resultados, se mostraba triste.