Con motivo de la celebración del día de los Derechos Humanos, la Canciller de Venezuela salió a hacer declaraciones que defendían esta tesis. Se la escuchó decir que los gobiernos de Chávez y de Maduro se han constituido en un verdadero ejemplo de respecto a los derechos humanos.
No sé si pensar que un cargo político, como en este caso y otros, de Canciller de una República, exige que los pronunciamientos se realicen con apego total a la irracionalidad, o es que, lamentablemente, ciertos gobiernos buscan, para la selección de funcionarios de alto nivel, a las personas con menos preparación y con incapacidad de razonar o analizar.
La situación actual de Venezuela con respecto a los derechos humanos, lo que implica libertades de pensamiento y opinión, derecho a la alimentación y a la salud, derecho a la educación, es un verdadero desastre. Desde la manipulación de la prensa independiente con las limitaciones del acceso al papel periódico, la judicialización de los casos de opiniones contrarias o de denuncias, las persecuciones por la publicación de fotografías de las largas colas en los locales de abasto, hasta la prisión con condenas manipuladas de líderes opositores, demuestran sin lugar a dudas una situación de desastre, similar al de la economía de ese país, que son evidentes hasta para un ciego ideologizado, como parece que es la Señora Canciller de Venezuela.