Los conductores de los biarticulados recibirán capacitación teórica y práctica sobre las nuevas unidades de este transporte en Quito. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO
Serán una suerte de grupo élite. Se escogió entre los diez mejores conductores que hay en Quito, de los 600 que pertenecen a la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros. Aquellos que no tienen registros de siniestralidad, que han demostrado dominio de las unidades, buena conducta, responsabilidad y han obtenido los mejores puntajes en las evaluaciones mensuales, semestrales y anuales que se les realiza.
Ellos son los elegidos para manejar los flamantes biarticulados.
Cada conductor cuenta con una hoja de desempeño en la que se evidencia su rendimiento. La hoja de los seleccionados son intachables. Así lo explica Ernesto Galarraga, instructor de la entidad, quien dijo que la selección se la realizó de manera estricta y ellos serán los encargados de replicar los conocimientos al resto de compañeros.
A la larga, los 600 conductores deberán estar en condiciones de manejar una de las 80 unidades de biarticulados que operarán en la capital.
La capacitación de los diez se inició el sábado pasado. Los conductores viajaron a Tulcán para llegar junto con las unidades a la capital. No los manejaron, pero acompañaron a los conductores experimentados y se familiarizaron con los buses. Además, intercambiaron experiencias.
La capacitación
Los conductores serán capacitados en dos aspectos: teórico y el práctico. Se prevé que cada conductor recibirá 80 horas prácticas de capacitación hasta el próximo domingo.
La parte teórica se la da en la sala de capacitación donde se enseña el ‘check list’. Es decir se registra niveles de aceite del motor, líquido refrigerante, aceite de dirección, revisión de carrocerías, entre otros.
Existe una hoja en la cual el responsable vigila que su unidad esté en óptimas condiciones o si existe algún roce o daño en la carrocería. Se hace ese control tanto cuando recibe la unidad como cuando se la entrega. Así, si aparece un roce en el bus, el conductor es el responsable.
En cuanto a la parte práctica, al momento se está trabajando con señalizadores que permiten que el conductor domine totalmente a la unidad.
La ruta que en primera instancia deberán cubrir los biarticulados es prácticamente recta. Sin embargo, hay dos puntos conflictivos: en la Flores y Mejía y en la Mejía y Montúfar. En esos lugares se necesita que el conductor pueda maniobrar con habilidad el bus.
Según Galárraga, la experiencia indica que si un conductor llega a dominar al bus mientras conduce de reversa, todo lo demás se facilita, de allí en énfasis en las prácticas de esta semana.
Uno de los aspectos que complican el manejar este tipo de buses es su dimensión. Cada unidad mide 26 metros de largo mientras que, por ejemplo, un auto normal mide 3 metros, y un trole normal 18. Otro de los aspectos importantes es que los buses son automáticos, por lo que el conductor no necesita meter marcha ni embragar. Solo tiene el acelerador y el freno.
Cuenta, además, con una computadora a bordo, lo que facilita el trabajo tanto del conductor como del personal que da mantenimiento.
La computadora indica aspectos básicos como si hay un bombillo quemado o datos fundamentales como si el conductor operó de forma económica el bus, si sobrepasó el límite de velocidad en algún tramo o hizo un frenado brusco. Así, en caso de haber un accidente, se revisa el disco y se extrae la información, lo que podría servir de atenuante en caso de un proceso judicial, o un agravante si se demuestra exceso de velocidad.
Los puntos clave de la capacitación giran en torno al dominio total del vehículo, al correcto sentidos de percepción hacia atrás, a las reacciones de frenado y acelerado.