Usuarios se quejan del tiempo de espera por un bus al Valle de los Chillos desde dos universidades. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Las escenas son cotidianas en las paradas de los buses que se dirigen al Valle de los Chillos y que se encuentran en las inmediaciones de las universidades Salesiana y Central.
Pasadas las 20:00, los pasajeros deben esperar 20 minutos hasta que las unidades salgan de las paradas. El último carro sale a las 22:00 y decenas de personas, a esa hora, tienen que esperar media hora para que el carro se llene de usuarios y parta a su destino.
A la gente le molesta que el servicio no mejore pese a que, desde el 19 de marzo, rigen nuevas tarifas de transporte en los vehículos que viajan a esa zona.
“El servicio es pésimo porque los carros viajan repletos de pasajeros”, manifestó Diego Vilatuña, quien tenía que llegar a Sangolquí y no alcanzó a tomar el último carro de la noche del lunes. Estaba en la parada ubicada cerca de la Universidad Central y esperó 30 minutos. Al final, tuvo que irse hasta La Marín (centro) para ver si consigue otro carro. Si no puede hacerlo, tendrá que pagar USD 12 por un taxi.
La principal queja de los usuarios es que los conductores y controladores no mejoran la calidad del servicio. “Siempre me toca esperar hasta 30 minutos y es demasiado tiempo. No hay consideración con los pasajeros que nos vamos a Los Chillos”, dice Jairo Fernández, quien se dirigía al puente ocho y tomó un bus en la parada de la Universidad Salesiana.
Los controladores y choferes que trabajan en esas rutas indicaron que se demoran entre 20 minutos y media hora porque esperan que las unidades se llenen de pasajeros. Caso contrario, no les representa económicamente salir con poca gente, porque obtienen ganancias de apenas USD 4 o 5. “Por favor discúlpennos”, manifestó anoche el controlador de un bus que estaba en las inmediaciones de la Universidad Central.
A las 22:00, todavía quedan vendedores ambulantes que comercializan alimentos en los puntos donde paran los buses. Ellos coinciden que los conductores son implacables al momento de dejar las paradas. El último espera 30 minutos y si alguien se queda en la parada no se detienen.
“Me dirijo al puente 2 y debo pagar más en el pasaje. Tomo los buses de noche y siempre espero 20 minutos hasta viajar. Luego hasta salir a la avenida Patria, desde la Universidad Central se toman 15 minutos más por lo que se desplazan despacio. El servicio está pésimo así”, precisó Edgar Murillo.