El fundador del portal WikiLeaks, Julián Assange, ofrece una rueda de prensa por videoconferencia desde la embajada de Ecuador en Londres, Reino Unido. Foto: EFE/Will Oliver
Julián Assange instó este viernes, 5 de febrero de 2016, al Reino Unido y Suecia, desde la embajada de Ecuador en Londres, que acaten el dictamen de un comité legal de la ONU que condenó su “detención arbitraria”.
“Corresponde ahora a los Estados de Suecia y el Reino Unido en su conjunto implementar el veredicto”, dijo por video, en una rueda de prensa que ofreció su equipo legal, en el que figura el exjuez español Baltasar Garzón.
“Hemos logrado una victoria significativa”, estimó el fundador de Wikileaks, considerando “insultante” la reacción del ministro de Exteriores británico Philip Hammond, quien tildó de “ridículo” el dictamen del Grupo de trabajo sobre detención arbitraria de la ONU.
“No es una victoria moral, es una victoria legal”, estimó Garzón.
Un comité legal de la ONU pidió este viernes acabar con la “detención” arbitraria de Julián Assange en la embajada de Ecuador en Londres, alimentando así las esperanzas del australiano de salir después de más de tres años y medio.
Video: Youtube Canal: Frontline Club
“Julián Assange fue detenido arbitrariamente” , afirmó el grupo de trabajo de la ONU, instando a “las autoridades suecas y británicas” a poner fin a su detención y a respetar su derecho a recibir una compensación.
Sin embargo, Londres insistió en que el dictamen “no cambia nada”.
El fundador de Wikileaks, de 44 años, “nunca estuvo detenido arbitrariamente por el Reino Unido (…). De hecho, está evitando voluntariamente una detención legal al elegir permanecer en la embajada ecuatoriana”, dijo un portavoz en un comunicado del Foreign Office.
Expectativa ante la embajada
En los exteriores de la Embajada de Ecuador en Londres se encuentran medios de comunicación, policías y seguidores de Assange. Foto: EL COMERCIO
Decenas de periodistas y unos pocos manifestantes hacían guardia ante la embajada ecuatoriana por la posibilidad, nada segura, de que Assange salga.
La embajada está en el barrio de Knightsbridge, al lado de Harrods, los lujosos grandes almacenes, en una esquina que da a una callejuela sombría.
La habitación en la que vive Assange está dividida en una oficina y una sala de estar. Tiene una cinta para hacer ejercicio, una ducha, un microondas y una lámpara de luz solar artificial.
Hay unos balcones a los que Assange se ha asomado sólo en unas pocas ocasiones, porque teme por su seguridad.
“Su existencia es miserable”, resumió a la AFP su amigo Vaughan Smith, un amigo de Assange, que espera que lo dejen salir. “Sería increíblemente arrogante por parte del Reino Unido ignorar un dictamen cuando es en su contra”, añadió.
Los casi cuatro años de encierro de Assange han sido desgastantes para el australiano y muy caros para los británicos y los ecuatorianos.
Desde que entró a la embajada la policía británica instaló un fuerte dispositivo de seguridad para detenerlo si salía. Pero Ecuador también se queja. El presidente ecuatoriano Rafael Correa se preguntó el jueves: “¿Quién va a resarcir el daño que se le hizo a Julián Assange y al Ecuador? ¿Ustedes saben cuánto cuesta mantener la seguridad en la embajada?” .
“Hemos tenido intentos de espionaje y muchas otras cosas”, denunció Correa, al tiempo que se mostró satisfecho de que se le haya dado la razón a Ecuador “después de tantos años” al considerar ilegal el confinamiento.