La autoridad de control destaca que el Manual de buenas prácticas comerciales ha sido una de las herramientas, que ha permitido al productor local tener espacio en las perchas de los supermercados del Ecuador. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Los supermercados y comisariatos del país adquirieron USD 293 millones en productos a proveedores locales, desde que el manual de buenas prácticas comerciales para este sector se puso en vigencia, en noviembre del 2014.
Ese monto representa un 23% de las compras anuales de los supermercados, manifestó este jueves 14 de enero del 2015 Juan Carlos Jácome, intendente de la Zona 8 (Guayas) de la Superintendencia de Control de Poder de Mercado (SCPM).
El funcionario participó por la mañana de un consejo consultivo organizado por la SCPM en la Universidad Santa María de Guayaquil, con grupos de consumidores y empresarios del sector. Estas reuniones se replicarán en Quito y Cuenca.
Jácome indicó que el pasado 31 de diciembre se presentó un instructivo que “amalgama” los criterios, tanto del manual de buenas prácticas comerciales como del documento Normas Regulatorias para las Cadenas de Supermercados y sus Proveedores, que está vigente desde septiembre del 2015. Este último lo elaboró la Junta de Regulación de la Ley Orgánica de Regulación y Control de Poder de Mercado, que la preside el Ministerio Coordinador de la Producción, y entró en vigencia en septiembre del 2015.
Según el Ministerio Coordinador de la Producción, con la vigencia de la norma de la Junta quedaron derogadas las disposiciones del manual presentado por la SCPM. “Para criterio nuestro ambos manuales tiene base legal de existir”, sostuvo Jácome.
A criterio del funcionario, antes de la vigencia del manual de la SCPM “la posibilidad de pensar en emprender algo para colocarlo en las perchas de los supermercados era muy baja, la probabilidad de llegar allí era mínima”.
Armado Erazo, representante del Centro de Desarrollo Empresarial de la Universidad de Pacífico, de Guayaquil consideró que hay empresas muy especializadas en lo que fabrican, pero que probablemente requieren apoyo financiero para mejorar más su producto, como también para exportar.
“El problema está en que no somos muy competitivos en términos de precios, innovación, y desarrollo de mejoras en los productos ya establecidos, o en los nuevos”.
La proveedora de un supermercado de carnes en Guayaquil, quien participó de la reunión del SCPM, dijo que entre las ventajas de la nueva normativa para el sector está que un establecimiento ya no puede darle una cabecera de percha a un solo proveedor, o aceptar a un solo tipo de proveedor. “Gracias a esto hay más posibilidad para todo tipo de empresas”.
Acotó que existen otros escollos que los proveedores pequeños todavía deben sortear, como el costo de la obtención del registro sanitario. “Para estar en las perchas, el productor pequeño tiene que sacar el registro sanitario que, por producto, cuesta USD 3 000, más códigos de barras, de salubridad… Todo eso cuesta”.
Réplica solicitada por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria