Ayer, en la Ceosl, dirigentes indígenas y sindicales evaluaron la protesta del miércoles. Foto: Ana Guerrero/ EL COMERCIO
El plazo para que se defina el destino del paquete de 16 enmiendas constitucionales se acorta (diciembre). Evitar que la Asamblea apruebe es el factor común de sindicalistas, indígenas y organizaciones políticas ajenas a Alianza País. Pero la división entre estas está latente y se evidenció en la marcha del miércoles en Quito y otros puntos del país.
Los indígenas y sindicalistas mantienen la negativa de unirse a la “derecha”. A la hora de definir quiénes están en ese bando, Pablo Serrano, presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), incluye al propio Gobierno, a personajes como Guillermo Lasso y al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot. Reconoce que hay un objetivo compartido, pero no serán una “escalera política”.
El director nacional de Creo, César Monge, justificó la ausencia de Lasso, en su intención de que el protagonismo lo tuvieran quienes convocaron la jornada.
El miércoles pasado, en las redes sociales se sostenía que en Guayaquil la marcha pudo haber convocado a más personas, si las dos figuras se movilizaban. Para el analista Santiago Basabe, las marchas han sido el escenario de los movimientos de izquierda, mientras que los políticos encajan en posiciones “más cómodas”. La distancia entre ambos bloques de oposición será aún más amplia en el 2016, de cara a las elecciones 2017. A las organizaciones políticas les convendrá diferenciar sus ideologías.
Desde los gremios y sindicatos, quienes sí hablan de una sólida unidad, no se descartó lanzar un candidato para las elecciones 2017. “Analizaremos todo a su tiempo”, indicó José Villavicencio, dirigente de la Unión General de Trabajadores del Ecuador, (UGTE), en la evaluación de la movilización del miércoles.
Esa se realizó ayer, en la sede de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (Ceosl), en Quito. Asistieron Jorge Herrera, Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie); Mesías Tatamuez, Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), entre otros.
Pero la división también se ha dado entre trabajadores. El Parlamento Laboral y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) acudieron al diálogo propuesto por el Gobierno Nacional. En la Ceosl, los calificaron como traidores.
Sin embargo, Tatamuez sostuvo que el grueso de los trabajadores está en las organizaciones de oposición. Solo en la Cedocut son unos 700.
Rodrigo Collaguazo, de la Coordinadora de Movimientos Sociales, afines al Régimen, aseguró que las organizaciones que marcharon en contra del Gobierno no tienen una agenda común. “Unos protestan y otros están en campaña”.
Para Villavicencio, la protesta es la única vía que queda para evitar la aprobación de las enmiendas en la Asamblea, donde el Gobierno cuenta con 100 legisladores de un total de 137.
Una opción que no ha progresado es la consulta popular. Según cifras de Cedatos (2 122 hogares, en 15 ciudades), desde febrero hasta julio alrededor de un 80% de los consultados estaban de acuerdo con esta.
El asambleísta de AP, Fausto Cayambe, informó que la bancada legislativa del movimiento verde se reunirá entre el martes y miércoles de la próxima semana. En la cita analizarán el lugar donde se podría dar la votación. A su juicio, debería ser en Quito.
También analizarán los resultados de los alrededor de 150 diálogos que se han dado en el país sobre las enmiendas, encabezados por asambleístas. De la evaluación podrían salir ajustes a los textos.
Para Cayambe, no hay marcha atrás. “No vamos a darnos el lujo de archivar la posibilidad de mejorar 16 archivos de la Constitución”. Pero los gremios no pararán las protestas y se reunirán el sábado en Guayaquil, para definir las acciones, como un nuevo paro.
En contexto
El 2015 ha sido un año de manifestaciones en contra y a favor de las políticas del Régimen. En agosto se dio el denominado paro nacional. Este miércoles, hubo una nueva jornada deprotestas, protagonizada, principalmente, por trabajadores.