Los chicos de la Pastoral Juvenil de la parroquia Madre del Redentor de Carapungo hacen ‘lío de las paradas’, para hablar a otros sobre la visita del Papa. Foto: María Isabel valarezo / El Comercio
La joya de la corona de la Iglesia se muestra más en estos días. Esta es la gente joven que forma parte de la Pastoral Juvenil están a “ochenta por hora”, todo porque tienen que afinar las actividades que desarrollan en torno a la visita pastoral del papa Francisco. Es un trabajo que no da tregua, pero les reconforta profundamente.
Allí está Andrea Navarrete, de 17 años y de la parroquia Sagrados Corazones de San Carlos. Ella se da tiempo -pese a que está en época de exámenes en su colegio- para “compartir con otras personas y entregar el mensaje de Cristo”. Lo mismo hace Gabriela Vizuete, de 27 años y de la parroquia Madre del Redentor de Carapungo: “Las reuniones son más seguidas, pero acomodo mi horario de trabajo para -como dice el Papa- evangelizar con alegría”.
Son solo dos ejemplos pero representan a los 50 000 jóvenes que, entre 13 y 28 años de edad, forman parte de esta “gran familia” que pone su esfuerzo para organizar la visita del Sumo Pontífice.
Su importancia la resume el padre Rubén Parra, encargado del voluntariado juvenil: “La Pastoral Juvenil canaliza un proceso que ayuda a todos los jóvenes a encontrarse y a encontrar sentido en la ayuda a los demás”. Es decir, que se trata de grupos que no se quedan solo en la celebración, son personas comprometidas con el servicio, con la ayuda cristiana y la obra social.
En el distrito eclesial de Quito se aglutinan algo más de 7 000 jóvenes, repartidos en siete zonas: sur, centro, norte, valle de Los Chillos, valle de Tumbaco, Cayambe y Pastoral Estudiantil. Allí se reúnen animadores, asesores y jóvenes de casi todas sus 180 parroquias.
Y en estos días, 4 000 de ellos (solo los mayores de edad), están a la carrera porque se han involucrado en el voluntariado que participará en los diversos encuentros que el Sumo Pontífice tendrá con los fieles, comunidades religiosas y sociedad civil.
Los otros frentes
Los chicos han salido por las calles de sus barrios en la denominada misión puerta a puerta. El objetivo: invitar a las familias de sus sectores a participar de la visita del papa Francisco.
Una de las parroquias más activas en esta jornada fue la Sagrados Corazones de San Carlos. Allí se conformaron 180 brigadas y los chicos de la Pastoral -junto a otros grupos que actúan en la Iglesia- lideraron el trabajo, comenta Andrea Navarrete, 17 años, quien es parte de esta comunidad.
Otro compromiso de los jóvenes de la Pastoral Juvenil es “hacer lío en la calle”. ¿La consigna? Reunirse para dar a conocer a otros adolescentes que hay una Iglesia joven en el Ecuador e invitarlos a participar de la Fiesta de la Juventud Ecuatoriana, por la visita pastoral del papa Francisco.
Por eso, el viernes pasado se tomaron tres paradas de buses: La Ofelia, Río Coca y El Recreo. En esos sitios, cuenta el padre Darío Arévalo, responsable de la Pastoral Juvenil de la Vicaría Norte, se entregaron más de 1 500 trípticos junto a una estampa del Papa.
También, participaron los integrantes de las Pastorales Estudiantiles de varios colegios católicos de la capital: Spellman Femenino, María Auxiliadora, entre otros. A escala nacional hay 1 150 planteles católicos en el Ecuador y la mayoría tiene Pastoral Juvenil.
El “lío en las paradas de buses” se replicará este viernes. Estarán en el playón de La Marín, en los valles de Los Chillos y Tumbaco, y en las estaciones de buses que hacen la ruta hacia los cantones del norte de la provincia de Pichincha.
Los jóvenes de la Pastoral Juvenil, a escala nacional, también están involucrados en el encuentro que se realizará en el estadio Olímpico Atahualpa. Unos 20 000 asumirán, dice el padre Parra, “el compromiso de manifestar que hay una Iglesia joven en el Ecuador”.
El evento se realizará el 6 de julio, a partir de las 14:00. También, acudirán jóvenes de las Pastorales Juveniles de Perú, Chile y Colombia.
Después, los chicos saldrán en peregrinación, por las calles del norte de la ciudad, hacia el parque Bicentenario. En el lugar, junto al altar mayor del campo eucarístico, participarán de la vigilia que arrancará a las 20:30. Posteriormente, a las 05:00 del martes 7 de julio, animarán el rosario de la aurora y luego serán partícipes de la misa que celebrará el Papa.
En cada parroquia también se está animando a los jóvenes a prestar su ayuda a las personas con discapacidad, para que puedan asistir a la misa campal en el Bicentenario. Con esta idea están muy entusiasmados los 100 chicos de la Pastoral Juvenil de la parroquia Madre del Redentor de Carapungo, una de las más grandes.
Su párroco Enrique Umaña afirma que hay voluntariado, formación cristiana y, sobre todo, el impulso a fomentar la fraternidad entre los jóvenes. Todos se reúnen los domingos, entre las 15:00 y 17:00; adicionalmente, cada mes, hay formación para los animadores.
Una de ellas es Gabriela Vizuete, de 27 años. Empezó a participar de la Iglesia desde los 14 años porque su madre le decía que vaya a misa “a ver si aprendía algo”. Y “aprendí que Dios me ama y deseo que otros conozcan esa alegría que es sentirse amados por Dios”.