Los bancos JPMorgan Chase y Wells Fargo degradaron la previsión de crecimiento de Estados Unidos, la primera advertencia de que el riesgo de una recesión continúa “elevado”, según un comunicado publicado ayer.
Los analistas del banco JPMorgan Chase prevén que el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense aumentará 1% en el cuarto trimestre, contra una previsión precedente de 2,5%. Y para el primer trimestre del próximo año esperan un alza de 0,5%, contra 1,5% anteriormente.
“La confianza de los consumidores se desplomó y el ingreso de las familias se deterioró”, subrayó JPMorgan Chase, que criticó la debilidad del mercado inmobiliario y la fragilidad de las pequeñas empresas. Pese a la baja de los precios de la energía, “el riesgo de una recesión es claramente elevado”, advirtió el banco.
Wells Fargo también revisó sus previsiones de manera importante, aunque sus cambios son menos drásticos que los de su rival.
Los analistas del banco de San Francisco (California, oeste) estiman un crecimiento del PIB de Estados Unidos de 1,6% en 2011 y 1,1% en 2012, contra 1,7% y 1,9% anteriormente.
La situación en Europa es similar y las previsiones apuntan a un estancamiento económico, debido a que los motores de la zona euro, Alemania y Francia, no tienen suficiente combustible para empujar al resto de países.
El jueves pasado, el banco Morgan Stanley atizó el nerviosismo del mercado al revisar a la baja sus previsiones de crecimiento mundial para 2011 y 2012 y al asegurar que Estados Unidos y la zona euro se acercaban “peligrosamente a la recesión”.
“Los inversores integran crecientemente un inicio de recesión en sus evaluaciones de empresas. Los economistas revisan sus previsiones de crecimiento a la baja drásticamente”, resumió ayer Nicolás Just, gerente de acciones de Natixis AM.
En Europa, todas las plazas volvieron a cerrar en rojo, mientras que Wall Street terminó su cuarta semana con pérdidas. Las plazas latinoamericanas siguieron la tendencia mundial. Los precios del petróleo terminaron en muy leve baja a USD 82,26.
Países europeos presionan por más ayuda
La presión sobre Alemania y Francia para que emprendan medidas radicales ante la crisis de deuda de la zona euro se intensificó ayer, al debilitarse más los mercados y luego de que Bélgica se sumara a los pedidos para que la región emita bonos conjuntos.
El ministro de Finanzas de Bélgica, Didier Reynders, dijo que el bloque debería emitir eurobonos y ampliar su fondo de rescate para calmar la corriente de liquidaciones en los mercados de bonos soberanos y acciones bancarias de deudores vulnerables.
El respaldo de Bélgica a los eurobonos que promueven naciones altamente endeudadas como Italia y apoyada por algunos funcionarios de la Comisión Europea, no necesariamente inclinará la balanza. Pero el pedido de Reynders publicado en el Financial Times para que la zona euro demuestre que tiene “bolsillos profundos”, destacó los crecientes temores entre los gobiernos europeos de que no podrían garantizar a los inversores que el bloque es seguro si la unión de 17 naciones no adopta medidas drásticas.
Las discusiones en torno al último rescate para Grecia y la persistente decepción por la cumbre franco-alemana del miércoles pasado arrastraron ayer las acciones europeas a mínimos en casi dos años.