Manifestantes ondean banderas de la Unión Europea durante una marcha frente al Parlamento de Grecia. Foto: AFP
La directora gerente del FMI Christine Lagarde fue muy clara el jueves (18 de junio): Grecia no se beneficiará de una nueva prórroga si no honra su deuda el 30 de junio, según un procedimiento que puede llegar hasta la exclusión del Fondo.
Cuando un país no respeta un vencimiento, la primera sanción llega de inmediato: “no está más autorizado a usar el menor recurso del FMI”, indica la institución en su informe 2014 sobre sus actividades financieras.
Si Grecia no paga aproximadamente 1 500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de fin de mes, casi la mitad del paquete de préstamos de 7 200 millones de euros esperado ansiosamente por Atenas también será congelado.
Según las cifras oficiales, Grecia debe en total volcar este año más de 5 400 millones de euros al FMI para honrar su deuda.
El país se benefició a inicios de junio de una prórroga hasta fin de mes al activar una cláusula olvidada que permite agrupar varios pagos. Pero esta astucia ya no podrá ser utilizada nuevamente este mes.
Según el procedimiento que establece el FMI, treinta días después del impago inicial, Lagarde debe informar formalmente al consejo de administración de la institución, que representa a sus 188 estados miembro, del monto de los retrasos y, dos meses después, presentar una “queja”.
Luego de tres meses, el país en falta puede ser privado de su derecho de utilizar los derechos especiales de giro (SDR, en inglés) , moneda del Fondo basada en una canasta de divisas mundiales.
Si la situación se estanca, el FMI tiene entonces hasta 15 meses luego del impago inicial para emitir formalmente una “declaración de no cooperación” que puede desembocar, en los tres meses siguientes, en la suspensión de los derechos de voto en el seno de la institución.
Esta decisión no tendría un impacto real sobre Grecia pero sí uno simbólico, al acelerar el aislamiento del país en la institución.
En los seis meses siguientes, o sea dos años después del cese de pagos, puede iniciarse un procedimiento de expulsión del Fondo, algo que de todas formas es poco probable porque tendría que reunir el consentimiento de una mayoría aplastante de los estados miembro (85%) , que siempre han optado por evitar ese escenario extremo.
Países como Zimbabue, Sudán o Somalia, en cese de pago desde hace décadas, nunca fueron amenazados con una disposición de este tipo.
En la historia del FMI solo un país, exChecoslovaquia, fue excluido de la institución a mediados de la década de 1950, en plena Guerra Fría.