Para llegar a la U. de California o a la de Manchester, sus exámenes y proyectos de bachillerato pasarán por una rigurosa calificación en Sudáfrica, Estambul, España u otros países.
María Gabriela Arias lo sabe y se prepara desde el año pasado para obtener la llave que le abrirá esas puertas: el diploma del Bachillerato Internacional (BI). Ella cursa el tercero de bachillerato en el Colegio Politécnico (Copol), un plantel que es parte de la Organización BI desde 1999. “Mientras un bachiller general está listo para ‘manejar un auto normal’, los chicos del BI pueden ‘manejar un auto de Fórmula 1”. Así explica Diego Cadena, coordinador del BI en el Copol.
El BI es una red global de educadores, creada hace 46 años en Suiza. Su objetivo es formar bachilleres del mundo, preparados para su vida profesional desde los colegios. En Ecuador, 64 colegios públicos y privados aplican al menos uno de los tres programas que oferta: escuelas primarias, años intermedios y el diploma para bachilleres.
Este último se aplica en segundo y tercero de Bachillerato. A más de cumplir el currículo del Ministerio de Educación -Bachillerato General-; los estudiantes del BI escogen una materia adicional de seis áreas de estudio: literatura, lengua, individuos y sociedades, ciencias, matemática y artes.
En cada materia el puntaje máximo es 7. Y para obtener el diploma deben sumar 24 puntos como mínimo. Parte de ese puntaje está en las pruebas finales, programadas para noviembre en la Costa, elaboradas y calificadas fuera del país.
Actualmente, 219 alumnos del Copol integran el BI. A ellos les motivan historias de graduados que ahora estudian Mecatrónica en Manchester o Derecho Internacional en Australia. Frente a una pipeta, en el laboratorio de química, Gabriela Arias trabaja en un experimento. Ella quiere estudiar Ingeniería Química en Manchester. Sus compañeros también anhelan viajar. Claire Hidalgo quiere seguir Ingeniería Civil en UCLA, Raúl Villafuerte quiere ir a London Business School y Erick Pérez quiere estudiar Robótica.
Un perfil definido
En la Academia Naval Almirante Illingworth, Allison Rivera, Saddy Pasquel y Josué Muñoz hurgan entre los estantes, en busca de pesados libros de biología y matemática.
Para él, el BI no solo afianza lo académico. También desarrolla el debate y la reflexión por medio de un curso de Teoría del Conocimiento. En la malla de estudio se prioriza la investigación, que ayuda a desarrollar una monografía final. Allison Rivera, por ejemplo, hará una monografía sobre los casos de espionaje en EE.UU.
Cumplir 150 horas del programa de Creatividad, Acción y Servicio (CAS) es otro requisito. Esto los acerca a la realidad, como le ocurrió a Josué Muñoz, quien es parte de un programa de apoyo a niños de Solca.
Álvarez dice que el diploma BI no es la única opción. Quienes no obtienen el puntaje mínimo alcanzan certificados por materias, que también facilitan el ingreso a las U. nacionales y del exterior. Saddy Pasquel aplicará al Instituto Tecnológico de Massachusetts, en EE.UU. “Estudiaré Ingeniería en Ciencias Nucleares”.
711 alumnos de planteles fiscales son parte del BI en el país. El Ministerio de Educación aplica este programa desde el 2006 y asume unos USD 1 000 que cuesta por bachiller, para el pago de exámenes y registro.
La meta al 2015 es contar con 500 colegios públicos que oferten el BI. En Guayaquil, el Colegio Fiscal Ismael Pérez Pazmiño es uno. En el laboratorio de biología, la maestra Mayra Alejando da una clase del ADN a 10 jóvenes seleccionados por sus notas mayores a 9,50. Las aulas tienen ‘laptops’ en clase, calculadoras electrónicas…
El plantel ofrece acceso a tecnologías y otros insumos, muchos estudiantes desertan por problemas económicos.