La construcción del Metro para Quito, por la magnitud de la inversión, debe entrar en un plan de Movilidad Nacional, el mismo que debe nutrirse de un Fondo Nacional de Transporte que no solo se preocupe de esta gran obra, sino también de la movilidad de todo el país y el resto de ciudades, como puede ser un tren ligero en Guayaquil, el Tranvía de Cuenca, el transporte eficiente en el resto de ciudades, la construcción y ampliación de nuevos puertos y aeropuertos, además que a nivel nacional se puede pensar en un tren de carga y transporte por rutas a definirse, la navegación por los ríos de la Costa, de la Amazonía como el Napo y así un sinfín de alternativas de movilidad. La creación de este fondo considero que deben pagar todos los actores y beneficiarios del transporte, a través de la matriculación vehicular, de los peajes a nivel nacional, de los pasajes aéreos y terrestres, de los operadores turísticos, de los combustibles, la agroindustria, quizá un porcentaje de las rentas petroleras, utilidades de las centrales de generación eléctricas, de comunicaciones, etc. El fondo podría ser administrado por delegación a un ente especializado.