David Trueba fue quien más veces subió al escenario del auditorio Príncipe Felipe, de Madrid: su película ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ se convirtió en la gran triunfadora de la fiesta de los Goya, la más importante del cine español.
La cinta, basada en la historia real de un profesor que viaja al sur de España para conocer al beatle John Lennon en los años 60, obtuvo seis premios de las siete nominaciones que tenía. Entre ellas, el máximo galardón: el premio a la Mejor película. “Me sorprende cuando la gente dice que hay una mala opinión del cine español. Es un engaño masivo, la gente le tiene un cariño y una cercanía asombrosa”, afirmó el cineasta, quien también se alzó con el premio a Mejor dirección.
Otro de los premios más aplaudidos fue el del actor Javier Cámara, quien obtuvo el Goya al Mejor actor protagonista por ponerse en la piel del profesor de inglés Juan Carrión. Ese hombre de 89 años estaba en la gala junto a Trueba y Cámara. Y éste le dedicó el premio: “Este premio es para ti, Juan, es para todos los profesores de este país, sobre todo los que han inoculado en mí el compromiso de esta profesión, la búsqueda de la belleza y de la excelencia”, le dijo.
Por número de premios, la ganadora fue la disparatada ‘Las brujas de Zugarramurdi’, de Álex de la Iglesia. Consiguió ocho de las diez nominaciones que tenía, aunque solo una en categoría principal: la de la veterana actriz Terele Pávez, quien a sus 74 años consiguió su primer Goya, poniendo a todo el auditorio en pie. Junto a la comedia de De la Iglesia, ‘La gran familia española’ acaparaba el mayor número de nominaciones, con 11. Pero finalmente solo obtuvo dos premios: Roberto Álamo logró el reconocimiento a Mejor actor de reparto y Do you really want to be in love, de Josh Rouse, fue la Mejor canción original.
También dos Goya obtuvo otra de las favoritas de la noche, el drama intimista ‘La herida’. La actriz Marian Álvarez fue coronada como Mejor actriz protagonista, cumpliéndose de nuevo la ley no escrita de que repite premio en los Goya quien obtiene la Concha de Plata, en el Festival Internacional de San Sebastián.
Emocionado se mostró el director Miguel Ferrari, quien recogió el premio a Mejor película iberoamericana por su obra ‘Azul no tan rosa’, el primer filme venezolano que aborda abiertamente la homosexualidad y la transexualidad. El sabor latinoamericano de la noche volvió a colarse con el premio a ‘Futbolín’ (‘Metegol’ en Argentina) como Mejor película de animación, aunque su director, Juan José Campanella, no estuvo presente.
La galardonada ‘Amor’, del austriaco Michael Haneke, obtuvo el premio a Mejor película europea.