Los últimos 5 000 galones de diésel que estaban en el barco que encalló en la costa de San Cristóbal (Galápagos) fueron retirados. Estos se suman a los 14 000 que ya fueron recuperados desde el 9 de mayo pasado, cuando ocurrió el accidente. Representaban el principal riesgo ambiental para la zona.
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE), de San Cristóbal, coordinó las acciones de auxilio, tras declarar a la nave en emergencia. También se retiró la carga para aminorar su peso. Ayer (12 de mayo de 2014), a través de un comunicado, señaló que el ecosistema de Galápagos no se vio afectado.
Sin embargo se abrirá una investigación. Según el Ministerio del Ambiente, habrá acciones legales contra el armador de la nave, por los problemas ocasionados y por los posibles daños ambientales que pudo generar.
Esto se concretará cuando se supere la crisis totalmente. Para hoy (13 de mayo de 2014) está prevista la llegada de dos remolcadores desde la parte continental. Se intentará retirar a la nave.
El casco de los remolcadores será revisado fuera de la Reserva Marina de Galápagos, por los buzos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos. Ellos se asegurarán de que no tenga especies exógenas adheridas.