Redacción Cultura
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Un premio de USD 30 000 en un medio para las artes visuales como el ecuatoriano siempre es una buena noticia. O al menos el comienzo de una buena noticia. De ese modo optimista piensan varios de los artistas que han participado en la primera edición del Salón Manuel Rendón Seminario.
Los 58 participantes del certamen, creado y promovido por el Ministerio de Cultura como parte de su Sistema Nacional de Premios, exponen en las salas Juan Villafuerte y Manuel Chili, del Ministerio (Colón y Juan León Mera).
La muestra es una vasta yuxtaposición de estilos, formas y calidades que tienen solo en común el formato de pintura para caballete, que exigió la convocatoria del Ministerio.
La cantidad de obras recibidas, sin embargo, “no son un termómetro de la actualidad plástica nacional que tiene muchísimo más potencial creativo”, según Nicolás Svistonoff, uno de los jurados del Salón, junto con Sonia Kraemer y Marcelo Aguirre. La verdad es que “es un pequeño aspecto -dice Aguirre- de lo que se está haciendo ahora”.
Ese pequeño espectro tiene que ver, piensa Aguirre, con la redacción misma de las bases, pues “hablar de pintura de caballete a estas alturas no tiene razón de ser. Como jurado hicimos algunas recomendaciones para la segunda edición del Salón, entre ellas que se abra la perspectiva de los formatos a premiarse”.
El Salón admitió un premio único de USD 30 000, que fue entregado al joven artista guayaquileño Juan Christian Caguana Reino, por su óleo de mediano formato titulado El jardín de las delicias. La obra representa a una patrulla de soldados que avanza en medio de la selva.
Medio agazapados y de espaldas, los personajes comunican una sensación de nerviosismo y desconcierto. La multiplicidad de posibles lecturas del cuadro causó en el jurado la impresión “de una obra interesante -juzga Svistonoff-, que tiene un oficio sobrio, bien hecho y que posee un amplio potencial de interpretaciones y lecturas”.
Una de esas lecturas, la de María Eugenia de Mora, es la de un cuadro “muy rico en sus detalles, con una multiplicidad de formas que están muy bien acentuadas a través de la luz”.
Uno de los artistas participantes, Édison Vaca, reconoce también la importancia del salón. Pero matiza: “La convocatoria debía ser un poco más difundida entre los artistas y entre el público. Un premio tan cuantioso merecería más difusión”.
Punto de vista
Nicolás Svistonoff / Pintor
‘Hay muy pocos estímulos’
La pintura en el Ecuador ha vivido un problema muy grande en los últimos años por la ausencia de estímulos para los artistas. Independientemente de las calidades diversas de las obras presentadas, una iniciativa de las características que ha propuesto el Ministerio es digna de todo nuestro apoyo y felicitación.
Si bien hubo una falla en la magnitud de la convocatoria, que tenía que ser mayor para garantizar un espectro más amplio de trabajos, se recibieron obras muy interesantes de muchas partes del país. La obra ganadora, por ejemplo, está muy bien resuelta y se abre a una multiplicidad de interpretaciones.
Desde luego, como en todo concurso de estas características, las bases de la convocatoria tienen aspectos que pueden mejorar, como el tiempo que se dio para la creación y presentación de las obras que no fue suficiente en esta primera edición.