Redacción Sociedad
Ayer fue un día soñado por algunos estudiantes de Quito. Para los 270 niños de la escuela católica Manuel Tobar fue el inicio de un período de descanso. Mientras que para los bachilleres de los colegios 24 de Mayo y SEK significó el fin de una etapa.
En la escuela particular, ubicada en las calles Iñaquito y Pereira, en la zona del Mercado La Carolina, se clausuró el año lectivo 2008-2009. Gladys Morales, subdirectora, dijo unas palabras de despedida a los niños.
El próximo año lectivo
El lunes 7 de septiembre comenzarán las clases en Sierra y Amazonia. Las matrículas ordinarias se desarrollarán del 11 de agosto al 4 de septiembre, según el Ministerio de Educación.
El bachillerato en Ciencias, Ciencias Sociales y Técnico. Quienes no pasaron los exámenes de grado tienen dos oportunidades adicionales, un examen en septiembre y otro en diciembre.
También agradeció a Dios “por las bendiciones derramadas, por ayudarnos a culminar este año. Te pedimos que nos dejes ser mejores”. Morales advirtió a los padres que desde el próximo año lectivo, los niños ingresarán a las 06:50 y no a las 07:20. Y les deseó a los pequeños felices vacaciones.
Hasta el martes 30, buena parte de los planteles fiscales de Sierra y Amazonia completarán 200 días de trabajo. Entre ellas la Numa Pompilio Llona, la San Francisco de Quito, etc. Escuelas como La Providencia y la Ciudad de Cuenca, en el Centro, también cerraron el año. Habrá dos meses de descanso para los escolares y colegiales, ya que el próximo año lectivo comenzará el 7 de septiembre.
Lisbeth Villacrés terminó el cuarto de básica en la escuela Manuel Tobar. Tiene 8 años y ya trazó su cronograma para vacaciones.
“Despertarme, bañarme, comer, jugar y tener unas horas para hacer tareas”. La niña planea visitar seguido a su abuela Lucía, quien está algo enferma.
Yajaira Rosero siente ganas de jugar fútbol y basquetbol con sus amigos. También visitará a su abuelita paterna en Lato. “Voy a conocer a mi vaquita, aún no le pongo nombre, será un regalo”.
Camila León le regaló un ramo de rosas a su profesora de cuarto de básica. “La voy a extrañar, fue mi maestra en segundo también”. Hilda Ramírez, de 36 años, lleva 16 como docente. El próximo año escolar trabajará con niños de educación inicial.
“Les pedí que lean un librito llamado ‘Mi ángel de la guarda’; también que se tracen un cronograma, para que aprovechen su tiempo libre, no solo deben pasarse viendo televisión. Espero que los padres no los dejen solos”.
Amanda Congo y Ángel Parra son los padres de Génesis. Ella es enfermera y él veterinario, ambos se tomarán al menos una semana completa para brindar a su hija un momento de descanso. “Visitaremos a familiares que viven en Riobamba y también iremos a la playa”, contó el padre.
Estefanía Reyes tiene otros planes. Desde ayer, cuando se incorporó como bachiller en Ciencias Exactas y Naturales, piensa más en su futuro. “Ser chiva, estudiar en el colegio 24 de Mayo fue superlindo. Este día es importante porque mi vida va a cambiar”.
Reyes cree que lo más difícil será separarse de amigas a quienes veía a diario, hacer nuevas amistades en la Universidad Central, donde estudiará Medicina.
Lizeth Solís estaba emocionada y triste. Se tomará unos días para escoger qué carrera estudiar. Su madre, Mariana Paredes contó que es la segunda de sus hijas que se gradúa. “Aún está indecisa sobre qué estudiar”.
En el Colegio Internacional SEK, en Los Guayacanes, en Monteserrín, hubo una ceremonia de graduación en la mañana. En la tarde, 88 estudiantes se incorporaron como bachilleres en ciencias, algunos además tienen el Bachillerato Internacional.
Milton Gavilanes, de 19 años, observó el programa en el graderío del coliseo. Su hermana menor, Nataly, de 17, fue una de las graduadas. “Todos estos días ha pasado muy tensionada, con tantos preparativos. Debía escoger un vestido de gala, los zapatos, ir a la peluquería”.
Gavilanes habla del la cena y baile de gala en el Swissotel, del cual los graduados tenían previsto participar ayer en la noche.