Redacción Negocios y AFP
La compra por Ecuador del 91% de su deuda externa declarada en mora resulta beneficiosa a corto plazo, pero también puede obstaculizar el futuro acceso del país andino al mercado de capitales.
Así lo advirtió ayer Michael Chamberlain, un experto de Wall Street, aunque dijo que “es demasiado temprano para opinar porque todavía no tenemos una visión completa del precedente creado por Ecuador ”.
Para Chamberlain, el retiro del 91% de los bonos del mercado indica a priori un alto nivel de conformidad de los acreedores con las condiciones impuestas por el Gobierno ecuatoriano.
Sin embargo, según el experto, Ecuador podría pagar más tarde su decisión de invocar la “ilegitimidad” de su deuda para decretar la mora, cuando busque acceder al mercado de capitales en condiciones favorables.
“Muchos de los inversionistas con los que he hablado no están contentos con la operación”, comentó Chamberlain. “No sabemos cómo la comunidad de inversionistas va a tratar a Ecuador cuando tenga problemas financieros”. “Es posible que sea bien recibido, pero no es probable. Desde mi punto de vista será mal recibido”, dijo Chamberlain.
Una opinión diferente tiene Ramiro Galarza, ex subsecretario de Finanzas de Ecuador. Para él, la operación de recompra de deuda fue un “éxito tremendo”.
Ahora, dice, hay que trabajar para que las calificadoras de riesgo saquen al país del ‘default restringido’, lo cual lo pondría en condiciones de volver al mercado financiero internacional en un par de años.
Para Erich Aris, analista de la calificadora Fitch, la calificación de Ecuador probablemente salga de su nivel actual de ‘default restringido’ después de conocerse el resultado final de la subasta de recompra, pero seguirá en niveles muy bajos.
La decisión de dejar de pagar la deuda, así como la oferta “coercitiva de recompra” por parte del Gobierno seguirán limitando la calificación del país, debido a que “la capacidad de pago de Ecuador sigue débil debido a las limitadas fuentes de financiamiento, a la menguante liquidez externa y al inconsistente marco de políticas macroeconómicas del país”, agregó Arispe.