Lima. AFP y ANSA
El Gobierno peruano elevó a 34 muertos, 23 policías y 11 civiles, el total oficial de víctimas que dejaron las violentas protestas de indígenas en la selva norte de Perú, informó el ministro de Defensa, Antero Flores Arauz. Este resaltó que “la cifra de policías puede aumentar, porque aún hay dos o tres desaparecidos (en el monte). No sabemos si están vivos o no”.
Las cifras oficiales de indígenas fallecidos varían mucho de las que manejan las organizaciones indígenas, pues estas resaltan que la cifra superaría los 30.
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“Estamos luchando porque tememos que nos arrebaten nuestra tierra”, dijo Denis Tangoa, manifestante ubicada en la ruta, a la agencia Reuters.
“No nos vamos a rendir hasta que den marcha atrás a esas leyes dañinas para nosotros”, señaló a Reuters Luis Huansi, un líder indígena.
Las tribus indígenas quieren obligar al Congreso a que revoque las nuevas leyes que promueven la minería extranjera en el bosque tropical. Este es el tema crucial que no solo está presente en Perú, sino en toda Sudamérica.
Las muertes se produjeron durante la recuperación violenta, el viernes, de una carretera en la selva norte de Perú, que había sido tomada por indígenas, y las protestas en las siguientes 24 horas, que incluyeron el secuestro de 38 policías, luego rescatados.
Hasta aquí la información urgente de AFP. ANSA informa que la Defensoría del Pueblo de Perú confirmó ayer la muerte de 30 personas -21 policías y nueve civiles- a causa de enfrentamientos ocurridos el viernes en la región de Amazonas, noreste del país, tras la represión policial para desbloquear una carretera.
La información fue proporcionada por Beatriz Merino, representante de la Defensoría del Pueblo, que se encuentra en la ciudad de Bagua, provincia amazónica de Utcubamba, considerada el epicentro de la violencia.
Merino confirmó la detención de 39 personas, entre indígenas y habitantes de la localidad de Bagua, en el cuartel militar El Milagro. “Son 12 policías fallecidos en la Curva del Diablo, nueve en Imasita, que fueron muy maltratados, y cuatro ciudadanos civiles de los cuales tenemos conocimiento que han fallecido en la ciudad de Bagua, y cinco indígenas, cuatro en la Curva del Diablo y uno en el hospital. Para nosotros daría 30 fallecidos de los que sabemos hasta ahora”, declaró Merino en una entrevista radial. Merino aseguró que funcionarios de la Defensoría del Pueblo viajaron a la zona de conflicto el viernes y observaron “cuando los cadáveres estaban aún regados ahí. Han recorrido todo el monte. No han visto ningún otro cadáver”.
Los indígenas bloquearon la carretera Fernando Belaúnde por 10 días, para presionar al régimen del presidente Alan García y al Congreso a anular decretos del Gobierno que, según las comunidades amazónicas, permitirán la explotación indiscriminada de sus tierras, con serio daño al medioambiente.
La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana aseguró que poseía información sobre 28 indígenas muertos y que incluso en unas comunidades se hablaba de 120 víctimas.
En cambio, la BBC de Londres informó ayer que el Ejército en el Perú estableció puntos de control e impuso un toque de queda en las provincias de Bagua y Utcubamba, en el estado Amazonas, en el norte del país, luego de la ola de violencia.
Los problemas comenzaron el viernes anterior, cerca de Bagua, cuando los indígenas iniciaron sus protestas para oponerse a los planes que autorizan la perforación en busca de petróleo y gas en la tierra ancestral.
Los manifestantes tomaron como rehenes a 38 policías y al menos nueve de ellos murieron, al mismo tiempo que el Ejército avanzaba para liberarlos.
Se trata de la peor ola de violencia en Perú desde el fin de la insurgencia del grupo Sendero Luminoso, en la década de 1990, y el mayor desafío que debe enfrentar el presidente Alan García, desde que asumió el poder.
En un comunicado, el presidente García dijo que Perú estaba sufriendo “una agresión subversiva contra la democracia y juro responder con serenidad y firmeza”.
El Mandatario indicó que como consecuencia de la “agresión irresponsable” de los manifestantes, “22 policías han sido asesinados en condiciones de salvajismo y barbarie y con métodos idénticos a los empleados por Sendero Luminoso. Se procedió a degollar y a herir con lanzas a humildes policías rendidos y sin armas”.